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Ilustración de Leire Díez

Ilustración de Leire Díez

El perfil

Leire, la Oriana Fallaci de Sánchez

Alumna aventajada de Woodward y Bernstein, la periodista con más olfato del panorama nacional tiene ya dos o tres libros preparados para espolear al mundo

El Pulitzer aguarda, con impaciencia, las colosales investigaciones de María Leire Díez Castro (Vizcaya, 1975). Alumna aventajada de Woodward y Bernstein, la periodista con más olfato del panorama nacional tiene ya dos o tres libros preparados para espolear al mundo, para devolver la decencia al periodismo, para desenmascarar las corruptelas de España –menos las socialistas–. Las Facultades de Comunicación esperan esos vademécum académicos con los que las nuevas promociones habrán de ser formados. Hasta ese momento, la exmilitante socialista deambula por las televisiones y por las comisiones de investigación, como la última en el Senado, para insultar a la inteligencia del respetable y desvincularse del PSOE, donde circulaba como si fuera su casa y en nombre de quien hablaba cuando se reunía con lo más granado del hampa para que la ayudaran a buscar trapos sucios de jueces -especialmente los que investigan a la familia de Pedro Sánchez-, agentes de la UCO o fiscales anticorrupción. Su última aportación al detritus socialista ha sido confesar que el ministro Óscar López y su secretario de Estado Antonio Hernando maniobraron contra Sánchez en 2017 con datos sobre las saunas de su suegro. Lo ha dicho para advertir al presidente y los suyos que, si quiere, puede hundir el barco. Es lo que tiene fiar la guerra sucia a esta lady Cloacas venida a más.

Leire, madre de dos chicas de 20 y 21 años, se licenció en Ciencias Sociales e Información por la Universidad del País Vasco; entre 2011 y 2015 fue teniente de alcalde socialista en el municipio cántabro de Vega de Pas. Desde sus puestos de base se implicó a fondo para que Pedro Sánchez reconquistara Ferraz. De esa etapa nadie olvida sus escándalos y malos modos. Tampoco el «padrenuestro» que escribió contra Rajoy: «PP nuestro, que estás en el Gobierno, sacrificado ha sido el país, venga a nosotros tu miseria moral, hágase tu repugnante fascismo, en nuestros cuerpos y en nuestras aulas, nos quitas el pan de cada día para cebar cerdos, y pretendes que te alabemos, nosotros jamás olvidaremos a los que nos ofenden, y caeremos en la tentación, de librarnos de vuestro mal. Amén.» Imposible superarlo.

Tiene un álbum de fotos que ya le gustaría a Koldo García. Con Zapatero, con Iceta, con Patxi, con Ábalos. Pero todos reniegan de ella

Cuando su admirado líder echó con una moción de censura al presidente popular en 2018, súbitamente la camarada Leire pasó a trabajar en la empresa Enusa, de capital público, como jefa de Comunicación. Aunque su desconocimiento sobre el mercado del uranio era abismal, su «no cercanía» con el PSOE le franqueó el paso. Allí cobró 107.830 euros entre octubre de 2018 y diciembre de 2021, más 1.629 euros en dietas, hasta que la nueva Mortadelo de los hidrocarburos fue designada jefa de área de Relaciones Institucionales de Correos.

Su relación con Santos Cerdán comienza en el País Vasco, pero se intensifica cuando el navarro es nombrado secretario de Organización socialista. Desde ese momento, la fontanera socialista se convierte en brazo ejecutor del hoy reo. Ella atiende a sus órdenes: sin escrúpulos, está dispuesta a todo para que su amado Pedro siga en el poder. Además, se encarga de coordinar las federaciones territoriales y de dar moral a las bases para mantener la cohesión interna. «Arregla tuberías», apuntan los que conocen a la «fontanera» socialista.

En su perfil de X se define a sí misma como «Periodista. Feminista. Educando en igualdad. Existe el paraíso, está en Vega de Pas. Rural, a mucha honra». Tiene instantáneas con Sánchez, en cenas con Begoña, pero como mejor se ganó el puesto fue dando estopa a Page, a Lambán, a Susana Díaz, al PP, a Vox… Nada se le escapaba a Díez, el ariete de Santos Cerdán para todo, a la que encargaba chapotear en los bajos fondos. Que había que montar una videoconferencia con un perseguido por la Justicia afincado en Dubai para que desembuchara contra fiscales y guardias civiles, se monta. Que conviene una cita con un mando imputado, Rubén Villalba, en un bar de Leganés para acabar con las investigaciones policiales que cercan al presidente prometiéndole impunidad, pues no se hable más. Hasta le prometió al investigado en la trama Koldo, el citado Villalba, que intercedería con Marlaska para que no le retiraran la medalla al exportero de casa de citas. Ella, como acabamos de escuchar en unos audios, calentaba a Koldo contra la Guardia Civil y siempre pedía dejar fuera a Cerdán. Hasta que le metieron dentro… de la trena.

A Cristina Narbona, presidenta del PSOE y a quien Pedro Sánchez debe el escaño de concejal por Madrid en 2011 cuando esta renunció a su puesto para marchase al Consejo de Seguridad Nuclear y corrió la lista, fue reñida en el Congreso el día que se destapó el pastel de Leire, porque se durmió en una sesión de control al Gobierno, dejando la linterna de su móvil activada. Y es que Su Señoría meditaba sobre el escándalo de su amiga del alma. De hecho, en los pasillos de la Cámara expresó su «absoluta sorpresa» por la actuación de Díez añadiendo, cariacontecida, que «estoy muy disgustada al respecto». Si le hubieran preguntado a Isaura Leal por la fontanera de Ferraz, seguro que hubiera dicho algo parecido. Las tres eran una piña, y sin esos contactos con dos escuderas de Pedro como Cristina e Isaura no se hubiera producido el ascenso de Leire en las cañerías socialistas.

Nada se le escapaba a Díez, el ariete de Santos Cerdán para todo, a la que encargaba chapotear en los bajos fondos

Isaura es una sanchista de primera hora que presidió la gestora madrileña, tras la defenestración de Tomás Gómez. Pero lo más importante es que es la mujer de José Manuel Serrano, exjefe de Gabinete de Sánchez, que terminó dirigiendo Correos -bueno, llevándolo a la bancarrota con 1.200 millones en números rojos- empresa pública en la que la investigadora ejerció de jefa de Relaciones Institucionales. Sin pegar un solo sello fue encaramada por Serrano a un puesto de responsabilidad en la compañía postal. Por entonces adjudicaron contratos por casi cien millones de euros a una de las empresas clave del caso Koldo, que está siendo investigada por el Supremo. En 2023 llegaría al cargo Pedro Saura: pocos meses después Leire sería desplazada a llevar el ámbito de la Filatelia y finalmente saldría de Correos en febrero de 2024.

A pesar de sus poderosos contactos, la periodista vasca es negada en la calle Ferraz. Hay fotos de sus entradas y salidas para ver a Santos Cerdán, participó con denuedo en la campaña del partido en 2011 -de entonces datan los mensajes que Pedro le envío a la susodicha, publicados por El Debate-; pero ahora es «esa señora de la que usted me habla». María Leire tiene un álbum de fotos que ya le gustaría a Koldo García. Con Zapatero, con Iceta, con Patxi, con Ábalos. Pero todos reniegan de ella. Habla en nombre del PSOE, reclama información sensible sobre el jefe económico de la UCO, pide toda la artillería pesada para neutralizar a los que han osado aplicar la ley al entorno de Moncloa, invoca a la Fiscalía, a la Abogacía del Estado, «a los de arriba», pero para Santos es una militante más que «no habla en nombre del PSOE». Curioso: con él coordinó su primera rueda de prensa.

Le gustaban tanto las reuniones que, hace unos meses, se citó con un periodista de El Confidencial en la calle madrileña de Rosales para negar a ese medio que en sus andanzas estuviera mandatada por Ferraz, y al encuentro llegó procedente de Ferraz y a Ferraz volvió cuando acabó la entrevista con el compañero. Un fotógrafo emboscado en la sede del PSOE la captó. Leire se dedicó meses a rebuscar en las grabaciones de Villarejo metralla para neutralizar a jueces, periodistas y policías. Quería «cosas» de Antonio Balas, que dirige dese la UCO las investigaciones sobre Koldo, Begoña Gómez y el hermano de Sánchez y sobre los fiscales Luzón y Grinda. En el colmo del sarcasmo, esta semana contó a sus señorías que no entiende por qué la vinculan al PSOE cuando también ha investigado casos que afectan a Ignacio González y Eduardo Zaplana, del PP.

Como el best-seller está al caer puede ir eligiendo lugar para la presentación: o la celda de Santos o el despacho de la asesora de Begoña, dos enclaves fundamentales en la historia reciente de España. Medios acreditados no le van a faltar. Es la Oriana Fallaci de Sánchez. Palabras mayores.

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