El papel «subordinado» de Koldo a Ábalos, clave para que el Supremo decida si enviarle a prisión o no

El magistrado instructor del caso PSOE , el juez Leopoldo Puente, decidía mantener en libertad al imputado José Luis Ábalos, tras la negativa de éste a declarar en su cuarta comparecencia fijada en el Supremo , este miércoles. Hoy, será el turno para el que fuera su ex asesor en el Ministerio de Transportes, Koldo García Izaguirre, tras el informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil sobre la situación económica de Ábalos en el que se apuntalaron las evidencias sobre la confusión patrimonial de ambos.

Un intercambio presuntamente irregular de fondos en efectivo, de procedencia desconocida que sirvieron, entre otras cuestiones, para comprar regalos, hacer pagos o sufragar billetes de tren y alojamientos para las 'amigas' del ex ministro que Koldo, junto con su ex mujer Patricia Úriz, se encargaron de comprar, previo encargo del propio Ábalos que nunca se los llegó a reintegrar a la pareja, ni conjuntamente, ni por separado.

Es decir, para los agentes dichas cantidades pertenecían al que fuera secretario de Organización del PSOE que, según el juez pudo «disponer» de sumas «importantes de dinero opaco, tal vez en metálico, tal vez depositadas» todavía «en cuentas de terceros que, hasta el momento no han sido halladas», así como de «ciertos contactos y vínculos internacionales».

Es decir, el papel titular de Ábalos en esta derivada de la trama se distancia del «subordinado» que, según fuentes de la Fiscalía Anticorrupción, habría tenido Koldo para quien, pese al reciente informe de la UCO, la situación procesal no ha sufrido grandes cambios desde el pasado mes de junio. Una circunstancia que podría

Pero ese riesgo no es suficientemente «intenso» como para dictar la prisión provisional. Ese diagnóstico coincide -«hago aquí propios los razonamientos»- con el ofrecido por el fiscal jefe de Anticorrupción, Alejandro Luzón.

Está de acuerdo también con el fiscal jefe en que, conforme los indicios de delito se van acumulando y se acerca el eventual juicio, el riesgo de fuga «resulta creciente». Por ello, abre la puerta «a la adopción de medidas cautelares más gravosas en lo porvenir».