Así se complica la situación para Ábalos y Koldo tras la dimisión del fiscal
Semana clave para Ábalos y Koldo: la Fiscalía pide prisión tras el caso de las mascarillas
La dimisión del fiscal general del Estado aumenta la tensión en la Fiscalía española, mientras Ábalos y Koldo se enfrentan a la posibilidad de prisión
El fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, ha presentado su renuncia al Gobierno tras ser condenado por el Tribunal Supremo (TS) a dos años de inhabilitación por un delito de revelación de secretos contra Alberto González Amador, el novio de la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso. García Ortiz asegura que su decisión responde al «profundo respeto a las resoluciones judiciales y la voluntad —siempre presente en mi mandato— de proteger a la Fiscalía española y a sus fiscales».
En una carta remitida al ministro de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, García Ortiz subraya que su renuncia es «un acto debido no solo al Ministerio Fiscal, sino a toda la ciudadanía española». El fiscal sostiene que, tras conocerse la sentencia, «es el momento de abandonar el desempeño de tan alta responsabilidad», aunque recalca su «convencimiento de haber servido fielmente a la institución» con vocación de servicio público y lealtad institucional.
Mientras tanto, el exministro de transportes, José Luis Ábalos, y su exasesor Koldo García podrían enfrentarse a prisión después de que la Fiscalía y las acusaciones pidieran revisar sus medidas cautelares, reclamando elevadas penas de cárcel en el primer juicio por el caso PSOE, relacionado con la trama de mascarillas en pandemia. La vistilla se celebrará el próximo jueves ante el juez del Tribunal Supremo, Leopoldo Puente, quien también citó al empresario Víctor de Aldama en relación con las gestiones de Koldo con el ministro Ángel Víctor Torres.
La coincidencia de estas situaciones refleja una escalada de tensión judicial: Ábalos y Koldo ya han sido citados en anteriores ocasiones y ahora se enfrentan a penas de hasta 24 y 19 años y medio de cárcel respectivamente, mientras que Aldama advierte que será «tajante» y que habrá «sorpresas» en su declaración. La dimisión de García Ortiz pone un marco de inestabilidad institucional que aumenta la presión sobre estos casos.