Un guardacantón de la calle Sagasta
Cádiz
Cádiz restaura sus guardacantones: este es el curioso origen de las piezas que protegen las esquinas
Hay unos 300 en la ciudad entre cañones reutilizados y esquinales de fundición
Las calles de Cádiz acogen todo tipo de tesoros patrimoniales: de iglesias a palacios, viajas casas señoriales de los cargadores de Indias o edificios civiles y militares de enjundia. La propia armonía de sus vías estrechas y longitudinales, que terminan cara al mar, es muy apreciada por los turistas.
Sin embargo, no siempre los visitantes o los gaditanos reparan como se merece en el impresionante corpus de guardacantones que saltean las esquinas del centro histórico. Son piezas en ocasiones muy antiguas que revelan el pasado militar de esta plaza atlántica y añaden identidad a la ciudad.
Según un informe del Ayuntamiento, en la ciudad de Cádiz hay un total de 325 guardacantones distribuidos por su casco histórico. El Consistorio dedica partidas para conservarlos cada equis años. Este lunes ha arrancado una de esas campañas de restauración, bajo el amparo de las delegaciones de Cultura y de Mantenimiento Urbano y con el asesoramiento técnico del restaurador Pedro Macías.
Repintar y reponer
Además de repintar las piezas, se repondrán algunos guardacantones que en su día fueron retirados por mal estado de conservación y que volverán a su lugar tras haber sido restaurados. Entre otros lugares, se actuará en las calle de Rafael de la Viesca, General Luque, Beato Diego, Plaza de España, Rosario y Argantonio.
Los guardacantones de Cádiz tienen una origen vinculado al carácter portuario y militar de la ciudad. Los primeros de ellos comenzaron a instalarse en el siglo XVII, debido a la gran cantidad de cañones inutilizados y piezas de artillería con que contaba la ciudad para su defensa. En el siglo XVIII se expandieron como medida para proteger las esquinas de las casas y edificios del casco histórico frente al roce de carros, carruajes y mercancías.
En el siglo XIX, además de los cañones que pueden verse en las esquinas, se empezaron a colocar guardacantones de fundición, piezas cilíndricas hechas ex profeso con el mismo fin. A día de hoy se consideran piezas patrimoniales que otorgan una identidad especial a la ciudad y que deben ser mantenidas y protegidas.
Pasado militar
Aunque Cádiz no es la única ciudad que cuenta con estas curiosas piezas en sus esquina, es una de las que atesora un mayor corpus en todo el mundo. Ello se debe a la gran cantidad de remanentes de artillería dada por el comercio con América y su pasado como plaza militar fortificada. Además, el trazado urbano estrecho del centro hace que este tipo de protecciones tengan más sentido que en ciudades con un entramado más amplio.