
Al examinar el móvil del menor, se encontraron decenas de llamadas de su agresor realizadas en los días previos
Málaga
Los vecinos de Campillos aseguran que el entrenador que apuñaló al adolescente estaba enamorado de él
Según declaraciones de un directivo del CD Campillos, el detenido provocó un episodio similar hace 30 años con un chico de 14 años y fue destituido del club por supuestos insultos contra una entrenadora de fútbol femenino
Continúa abierta la investigación iniciada por la Unidad de Policía Judicial de la Guardia Civil de Antequera para tratar de esclarecer las circunstancias del apuñalamiento de un hombre de 62 años a un adolescente de 16 en la localidad malagueña de Campillos.
Tras conocer que el presunto agresor es entrenador de fútbol de la víctima, la conexión entre ambos, a primera vista extraña dada la gran diferencia de edad, se ha resuelto. Sin embargo, las autoridades siguen buscando resolver el móvil del ataque.
La Guardia Civil ha comenzado a indagar en el entorno familiar, social y deportivo de ambos para conocer la motivación de este doble apuñalamiento que casi le cuesta la vida al joven. La versión que circula por el pueblo es que el entrenador estaba enamorado del menor y le llamaba constantemente por teléfono.
En declaraciones a El Español, un directivo del CD Campillos, club al que tanto el entrenador como el menor pertenecieron en un pasado reciente, ha afirmado que existían rumores de que el detenido acosaba al chico «a cada instante».
Al parecer, la víctima asistió junto a unos amigos a la fiesta de San Valentín organizada por los alumnos de Bachiller del Instituto Camilo José Cela. Cerca de las 05:00 de la madrugada el chaval decidió marcharse a su casa atravesando el Camino de los Chorrillos, a apenas 500 metros de su casa.
Durante el trayecto de vuelta, el adolescente se encontró con su entrenador, al que le pidió que le dejara en paz o llamaría a sus padres. Fue entonces cuando, sin mediar palabra, y según la versión de la propia víctima, el agresor le asestó dos puñaladas, una en el glúteo y otra que le atravesó el hígado, antes de salir huyendo.
El joven tuvo fuerzas de llamar a una ambulancia avisando de lo sucedido y, nada más llegar los sanitarios, les explicó lo que había pasado, revelando la identidad de su agresor. Los padres del chico fueron avisados de inmediato y se trasladaron hasta el Hospital de Antequera donde, antes de ser intervenido, su hijo les contó quién le había atacado. Fue entonces cuando los padres llamaron a la Policía y se precipitó la detención del entrenador.
Nada más hacerse cargo de la investigación, los agentes que examinaron el móvil de la víctima encontraron decenas de llamadas de su entrenador en la última semana. Concretamente, el 9 de febrero le llamó cerca de 35 veces, en 12 ocasiones el día 10 y nueve veces más el mismo día del ataque.
Historial oscuro
Lo cierto es que no es la primera vez que este individuo se ve salpicado por incidentes de esta naturaleza. Según el directivo del Campillos, hace más de 30 años otro chico de unos 14 años lo denunció por acoso sexual en un incidente en el que hubo una navaja de por medio.
Además, fue destituido del club por supuestos insultos de odio contra una entrenadora de fútbol femenino con la que tuvo un encontronazo por unos horarios de entrenamiento. Las cámaras de seguridad del estadio lo grabaron haciendo unas pintadas en las gradas en las que la insultaba, llamándola ‘machorra’.
Tras unos años retirado del fútbol como consecuencia de este incidente, el arrestado fue fichado la pasada Navidad por el equipo del pueblo vecino, el ACD Sierra de Yeguas, donde jugaba la víctima.
Desde el club han emitido un comunicado en el que aseguran que «no ha habido ninguna incidencia por parte del jugador desde que pertenece al equipo y tampoco hemos tenido conocimiento de conflicto o altercado del agresor desde su incorporación», además de garantizar que el contrato del entrenador se ejecutó «cumpliendo con todos los requisitos que la federación exige en su tramitación, incluido el certificado negativo de delitos sexuales».