Daguerrotipo de Toledo (aprox. 1845-1850)

Daguerrotipo de Toledo (aprox. 1845-1850)Colección Soraia Molina-Jose Valderrey.

La primera foto panorámica de Toledo que viste en plata la 'Ciudad de las Tres Culturas'

El Alcázar se destaca en una estampa típica de Toledo que seguramente fue tomada en época primaveral u otoñal, según arroja el estudio de iluminación

No se conoce con exactitud la fecha en que se inmortalizó por siempre, más allá de cualquier técnica pictográfica, la estampa de Toledo presentada en este escrito. Los estudios realizados la sitúan entre 1847 y 1854 teniendo en cuenta el desarrollo de la técnica utilizada.

No es correcto del todo catalogarlo como fotografía, aunque lo es. Se trata del primer atisbo fotográfico de la historia y se llama daguerrotipo. Una máquina mostrada en multitud de representaciones, sobre todo en el cine, en el cual se intuye una especie de elemento similar a un fuelle, con visor y recogido en una caja, que en la época, daba lugar a algo totalmente mágico.

El nacimiento del daguerrotipo

El país vecino, Francia, presumirá por siempre de ser padre de la fotografía. A principios del siglo XIX, Joseph Niépce trabajó en el desarrollo de una técnica totalmente innovadora. El físico e inventor francés cultivaba un gran interés en la litografía, método por el cual logró calcar numerosas obras de arte gracias a los dibujos de su hijo.

La difícil tarea de encontrar piedras calizas de calidad le llevó al empeño de buscar una nueva técnica. Niépce ideó la posibilidad de grabar fotográficamente una imagen en la placa, para posteriormente imprimirla, previo grabado con agua fuerte. De esta manera logró algunas pruebas con cierto éxito, que finalmente desembocaría en algo nunca antes visto por ningún ser humano. En 1824, gracias a la nueva técnica conocida como heliografía conseguiría su mayor éxito. Empleando una placa de peltre cubierta de betún de Judea (sustancia fotosensible) logró recoger la exposición luminosa a través de la ventana, eso sí, tras ocho horas de fijación a la luz.

Vista desde la ventana en Le Gras

Vista desde la ventana en Le GrasJoseph Nicéphore Niépce

Nicéphore Niépce tenía en sus manos la primera fotografía de la historia, 'Vista desde la ventana en Le Gras', y un nuevo conocimiento que explotar. Para ello presentó su descubrimiento a la Academia de Ciencias de Francia y de la mano de Louis Daguerre, el proyecto de cámara fotográfica comenzaría a tomar forma.

Daguerre continuó el proceso hasta límites más avanzados. Inspirado en el trabajo de su compatriota terminó por confeccionar el aparato que por siempre llevará su apellido, el daguerrotipo. Esta primitiva cámara de fotos funcionaba mediante la exposición a la luz de una placa de cobre cubierta por yoduro de plata. Esta plata finalmente se revelaba con vapor de mercurio dando lugar a la imagen deseada.

Daguerrotipo

Daguerrotipo

De esta forma, se dio lugar al primer método fotográfico comercial, que todavía contaba con un buen número de inconvenientes. El tiempo de espera de diez minutos acabaría solucionándose, pero el hecho de que fueran a la vez negativo y positivo, convertía las obras en piezas únicas. Además, los vapores de mercurio eran tremendamente perjudiciales para la salud y daban lugar a imágenes profundamente frágiles, en las que cualquier roce, golpe o mal movimiento podría acabar con ellas.

El daguerrotipo en Toledo

En una placa de plata se halló esta maravilla de la historia toledana. Fruto de la casualidad, en una almoneda de San Sebastián en el año 2012, Soraya Molina y José Valderrey se hicieron con la pieza que conservan en su colección personal, salvo en puntuales donaciones temporales.

Se trata de uno de los daguerrotipos más antiguos de Europa y se estima que tan solo existen cuatro o cinco en toda España de similares características. La imagen recoge una panorámica desde el sur, con protagonismo para el Tajo y el Alcázar. Este mero hecho, ya es una enorme novedad para un momento donde el daguerrotipo habituaba a inmortalizar los entresijos de las ciudades desde edificios elevados, mostrando rincones del conjunto urbano, pero no la estampa que se muestra en el conservado de Toledo.

De esta manera, puede observarse el deterioro del Alcázar, que todavía acusaba los daños perpetrados por los franceses en la Guerra de la Independencia. Una de las ciudades más fotografiadas de España, seguramente con la más bonita de todas las panorámicas, que ya a mediados del siglo XIX impresionó a un desconocido daguerrotipista que quiso grabar para siempre la ciudad de Toledo con la novedosa tecnología madre de la fotografía.

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