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29 de abril de 2024

cataluña

Paula Andrade

Cataluña  El despropósito de la república catalana cumple cinco años

Se conjuraron toda una serie de despropósitos que dieron como consecuencia una división social. La republica catalana era un sueño para algunos, pero nadie la reconocerían internacionalmente

Los días 6 y 7 de septiembre de 2017 el Parlamento de Cataluña aprobó las leyes de desconexión, el 1 de octubre se produjo el ilegal referéndum, el 27 de octubre Carles Puigdemont proclamó la republica catalana que duró 8 segundos, y pocas horas después se aplicaba el 155 y varios de ellos huyeron al extranjero.
Este sería el resumen de lo ocurrido en Cataluña en 2017. A pesar de todo lo ocurrido a nivel político, socialmente hubo mucha suerte. No hubo ninguna muerte y eso que se buscó que esto ocurriera. De haber sucedido, las circunstancias actuales serían muy diferentes. El clima que se creó propiciaba que esto hubiera ocurrido. La suerte quiso que no pasara y debemos felicitarnos por ello.
Como decíamos, los días 6 y 7 de septiembre se aprobó la desconexión. En realidad eran las leyes de transitoriedad jurídica y fundacional de la República Catalana. Esto ocurría el 7 de septiembre. El 6 de septiembre se aprobó la ley del referéndum de autodeterminación de Cataluña. Con esta ley se quería dar legalidad al referéndum del 1 de octubre. Como dice la ley «el pueblo de Cataluña es un sujeto político soberano y como tal ejerce el derecho a decidir libre y democráticamente su condición política».
Esta ley fue suspendida cautelarmente, por el Tribunal Constitucional, el día siguiente. El 17 de octubre el mismo tribunal la declaró inconstitucional. De nada sirvió que se declarara ilegal. La deriva del gobierno de Carles Puigdemont y Oriol Junqueras no aceptaba lo que el gobierno de Mariano Rajoy les decía. A esto hay que añadir el apoyo de organizaciones como ANC y Ómnium Cultural que levantaba el ánimo de la sociedad catalana para apoyar aquello que pasaba en el Parlamento.
El 7 de septiembre se fue un paso más allá. El referéndum que harían ya estaba aprobado. Ahora quedaba lo más importante para ellos: desconectar de España. Cataluña pasaba a ser una república independiente. La ley 20/2017, que al final quedó aprobada la mañana del 8 de septiembre, teniendo en cuenta las diversas suspensiones que se produjeron durante el día 7. Aquella ley, que los letrados del Parlamento y el Consejo de Garantías Estatutarias consideraban que iba en contra de los indicados por el Tribunal Constitucional, negaba la Constitución española y el Estatut.
La aprobación de esta ley estaba vinculada con el referéndum. Solo entraría en vigor si la ciudadanía catalana votaba el día 1 de octubre. Evidentemente la manipulación de las urnas supuso que el 'sí' ganara por amplia mayoría. A pesar de la trascendencia de la ley y de todas las voces que sonaron en aquel momento, afirmando que Cataluña ya era una república independiente de España, la ley nunca entró en vigor. Y no solo porque el 12 de septiembre el Tribunal Constitucional la suspendiera, sino porque el gobierno catalán nunca dejó que esto ocurriera.
La negativa a que entrara en vigor está vinculado con lo que ocurrió el 27 de octubre de 2017. Ese día, de nuevo el Parlamento de Cataluña aprobó la declaración unilateral de independencia. El independentismo presento lo ocurrido aquel día como una proclamación de una república, esto a nivel de calle. Por lo que respecta a los políticos fue un hecho vinculado a todo lo que estaba ocurriendo, pero ni ERC ni Junts proclamaron nada. Es más, la declaración la firmaron en un papel que no tenía valor jurídico, por miedo a lo que pudiera pasar. Ahora bien, para cubrirse las espaldas nunca la publicaron en el Diario Oficial de Cataluña, con lo cual ni entró en vigor ni quedó constancia de haberse votado. Aquel mismo día el gobierno de Mariano Rajoy aplicaba el artículo 155 de la Constitución española.
Mientras todo lo que hemos explicado dividió a la sociedad catalana, y provocó una gran inestabilidad, políticamente las cosas eran diferentes. El independentismo estaba buscando una salida, una solución para no llegar tan lejos. Antonio Bayona, mayor de los letrados del Parlamento, en declaración al programa radiofónico «Tiempo de Ley», afirmó que todos ellos sabían que nada de todo aquello saldría adelante, que existía división dentro de los políticos independentistas y que existía un miedo a las consecuencias de todo aquello. Los letrados del Parlamento escribieron varios informes, dando cuenta de la ilegalidad de los que se estaba haciendo y aprobando. Aquellos informes luego fueron aportados por la fiscalía durante el juicio al procés.
También Oriol Junqueras intentó acabar con todo aquello. Enric millo, delegado del gobierno, en su libro «El derecho a saber la verdad» cuenta una reunión mantenida con el líder de ERC. Junqueras le aseguró que siempre había sido independentista y siempre lo sería. Que su partido no tenía prisa en conseguir la independencia. El problema era de Junts, que habían querido ir demasiado rápido. Por eso se había precipitado todo. Junqueras le comentó que si conseguía -Millo- convencer a varios diputados de Junts para que votaran en contra, lo anularía todo.
Esto no ocurrió. Hace cinco años se conjuraron toda una serie de despropósitos que dieron como consecuencia una división social, pero nada más. Se improvisó mucho. Nadie estaba dispuesto a perder nada. Tenían miedo porque sabían que habían mentido. La republica catalana era un sueño para algunos. Nadie la reconocerían internacionalmente. Y, a pesar de todo ello, un sector de la sociedad aún sigue creyendo que todo aquello es posible. Como decíamos al principio, tuvimos mucha suerte que no hubiera ningún muerto.
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