
Carles Puigdemont preside una reunión de Junts, en enero
Política
Junts abordará a principios de mayo su plan para sobrevivir al auge de Aliança Catalana en 2027
Los postconvergentes temen el zarpazo electoral por parte de los de Orriols que pronostican los sondeos
Mientras el secretario general de Junts, Jordi Turull, sigue lanzando ultimátums cada vez menos creíbles al Gobierno liderado por Pedro Sánchez, de puertas adentro la preocupación de los postconvergentes se va centrando en la próxima cita electoral: las elecciones municipales previstas para mayo de 2027, en las que los de Carles Puigdemont tendrán que enfrentarse a una Aliança Catalana (AC) cada día más fuerte.
Por eso, según adelanta Nació, los alcaldes, regidores, candidatos y cuadros territoriales de Junts se concentrarán el próximo 10 de mayo para trazar su estrategia de cara a los comicios. Una cita sobre la que planea como una sombra alada la amenaza del último barómetro del Centro de Estudios de Opinión (CEO), publicado a finales de marzo.
La encuesta del «CIS catalán» preveía un crecimiento disparado para AC: el partido ultranacionalista liderado por la alcaldesa de Ripoll, Sílvia Orriols, podría pasar de sus dos escaños actuales en el Parlament a diez, mientras que Junts caería de 35 a 29. El trasvase de votos entre estas dos formaciones era de esperar –muchos votantes de Junts se sienten traicionados por los líderes del procés y ven en Orriols una alternativa más pura, con un discurso desacomplejado sobre inmigración o seguridad–, pero los de Puigdemont intentarán tapar sus fugas para que la sangría en las municipales sea lo menor posible.
Los feudos de Junts
En estos momentos, Junts gobierna cuatro ciudades catalanas con más de 30.000 habitantes –Sant Cugat del Vallès y Vic en la provincia de Barcelona, y Olot y Figueres en la de Gerona–, y aspira a recuperar la alcaldía de Manresa, arrebatada por el PSC. Por ahora, tal vez por notar el aliento de los de Orriols, varias figuras municipales de Junts han ido endureciendo su discurso en inmigración u okupación.Así, Jordi Masquef, alcalde de Figueres, ha criticado la impunidad de los okupas en el municipio, lamentando las «políticas garantistas» de la Generalitat, y se ha mostrado a favor de la expulsión de los inmigrantes multirreincidentes. También ha defendido estos puntos de vista el alcalde juntaire de Calella, Marc Buch, y en Manresa el regidor de Junts Ramon Bacardit lleva tiempo denunciando el descontrol migratorio y la inseguridad.

La líder de Aliança Catalana, Silvia Orriols, en el Parlament
En febrero, Turull aseguró en una entrevista en Rac1 que en 2027 Junts no llegaría a pactos con Aliança Catalana porque «su discurso de odio» representa la «política contrapuesta» a la de los postconvergentes. Unas declaraciones que habrá que ver si se mantienen cuando pasen las elecciones y llegue la hora de la verdad para los juntaires. De momento, Orriols ya les ha tendido la mano para llegar a pactos.
Además, Orriols confirmó después del pulso en el que derrotó a la oposición de Ripoll –en el que tuvo que intervenir personalmente Carles Puigdemont desde Waterloo para evitar convertirla en una mártir– que volverá a presentarse en 2027 como alcaldesa de la villa gerundense.