El yihadista que atacó con un hacha un McDonald’s en Badalona será expulsado de España durante 10 años

El terrorista yihadista que atacó la hamburguesería McDonald’s del centro comercial Màgic de Badalona (Barcelona) en marzo de 2024 con un hacha se ha declarado culpable ante la Audiencia Nacional (AN) y ha aceptado ser expulsado del Estado durante diez años. Hamza W., de nacionalidad paquistaní, esquiva así la cárcel: al marchar del país, esquiva los tres años y ocho meses de prisión que incluye la condena.

La condena, tras un acuerdo de conformidad con la Fiscalía y la acusación particular, también incluye una indemnización de 7.602,74 euros al centro comercial por haber atacado con el arma blanca el escaparate del establecimiento el 27 de marzo del año pasado. También deberá asumir, si hubiera, los perjuicios ocasionados por el cierre temporal del local durante la reparación del cristal.

El terrorista llevaba desde 2024 en prisión, después de que los Mossos d’Esquadra le detuvieran in situ, de la que ahora saldrá rumbo a su país durante al menos una década. La sentencia también deja sin efecto la inhabilitación para trabajar en el ámbito educativo y los cinco años de libertad vigilada que el acusado debería cumplir al acabar la condena.

Lobo solitario

Según aceptó el propio Hamza, atacó el McDonald’s como avatar de los intereses americanos e israelíes, como protesta por la respuesta militar del país hebreo sobre Palestina. Antes de atacar se colocó un pañuelo palestino al cuello, hecho que juez y Fiscalía consideran una «liturgia previa»: una vez dentro del centro comercial, provocó «un clima de terror e histeria colectivos» con sus hachazos, en un momento en que el restaurante estaba lleno.

Una vez detenido, ya bajo custodia policial, según recoge El Nacional, el hombre declaró haber actuado «tras haber visto en el teléfono móvil imágenes de niños palestinos muertos en manos de americanos, en una especie de acto de represalia».

Según la Fiscalía, Hamza había experimentado un proceso de radicalización, había consumido contenidos relacionados con el martirio y la violencia, e incluso había grabado un vídeo de despedida, hechos que los Mossos vincularon al perfil de los «lobos solitarios» yihadistas y que llevaron a la Fiscalía a calificar como tal el ataque en el Màgic.