¿Pero quién no sabía de las andanzas de Ábalos?
Sorprende que ahora sean tantos, tantas y tontos los que en su propio partido –cuyos dirigentes han tenido la magnánima condescendencia de esperar dieciséis meses para expulsarlo—se rasgan las vestiduras y piden su lapidación
-Los modos y maneras de Luis Roldán, dardos emponzoñados clavados en el corazón de la Guardia Civil, se han visto sobrepasados por los de José Luis Ábalos Meco (Torrent, 1959), que no pasa día sin añadir un capítulo a la Enciclopedia del Malvivir que tiene en él a su más adecuado inspirador y protagonista. Habiendo sido tantos los años en que ha estado en el poder o merodeando por sus aledaños, más han sido las ocasiones en las que ha dejado sobradas y repetidas muestras de como entiende la política y las relaciones personales. Sorprende que ahora sean tantos, tantas y tontos los que en su propio partido –cuyos dirigentes han tenido la magnánima condescendencia de esperar dieciséis meses para expulsarlo—se rasgan las vestiduras y piden su lapidación.
Podrá soltar espumarajos quien lo liquidó como ministro y secretario de su sanchista organización, porque mucho debía saber para fulminarlo como lo hizo, pero más sabía de sus líos, fardeles, maletas (las de Delcy, sobre todo), y convolutos entre ambos como para no rescatarlo como candidato por Valencia. De modo que aspavientos a lo montero y arcadas como prólogo un vómito, no resultan creíbles. Quien más, quien menos, abalista de pro o paisano leído, sabía de su nepotismo para con cónyuges, amigas, coimas y sobrinas. Y de las funciones de fundación Fiadelso, también. Ábalos es, a la vista de su rijoso currículo personal y político, la antítesis del que es santo patrón de gobernantes y políticos, Tomás Moro, que hoy por ser su festividad conviene ser recordado como antítesis de los Ábalos, Cerdán, Sánchez. Amén.
El tesoro del Colegio del Corpus Christi
- ¿Cuántos son los valencianos que tienen conocimiento de que el Real Colegio del Corpus Christi, conocido como El Patriarca, alberga entre otros más un valiosísimo documento, el que redactó Santo Tomás Moro, estando preso en la Torre de Londres? Prisión en la que sería decapitado en 1535 por orden del rey Enrique VIII, que no le perdonó que siendo su Lord Canciller se hubiese opuesto al repudio que pretendía de su esposa, Catalina de Aragón, para casarse con Ana Bolena, y que tampoco lo reconociese como cabeza de la Iglesia de Inglaterra que se convertía en cismática de Roma. Margarita, la hija mayor del encarcelado le llevaba a diario la comida.
En la cesta incluía unas hojas de papel en las que el ilustre preso escribía sus meditaciones sobre la Pasión de Cristo, que su hija guardó celosamente con el encargo de que a su muerte fuesen entregadas a su admirado Luis Vives (Valencia, 1492-Brujas, 1540). Esa es la razón por la que tan extraordinario manuscrito - Tristitia Christi - llegó al Real Colegio Seminario Corpus Christi, fundado por San Juan de Ribera en 1583, en donde se conserva pese los repetidos intentos, siempre rechazados, de emisarios británicos dispuesto a comprarlo sin regatear su coste.
Patrón de gobernantes y políticos
- ¿Dejaremos pasar sin celebrar como deberíamos hacerlo los católicos que hoy, 22 de junio, se da la coincidencia de la festividad del Corpus Christi con la de Santo Tomás Moro, que el Papa León XIII elevó a los altares en 1886, y en el 2000 fue nombrado por el Papa San Juan Pablo II patrón de gobernantes y políticos? Ha sido puesto como ejemplo de integridad, honestidad, defensor de sus ideales y creencias a lo largo de toda su vida, en la que también se desempeñó como teólogo, pensador, humanista, juez de negocios civiles, abogado y Lord Canciller de Enrique VIII, responsabilidad de la que fue depuesto cuando se opuso a los caprichos y ambiciones de sus megalomanías, que lo encarceló y ordenó fuese decapitado. Estando ya en el cadalso, Tomás Moro aún demostró su acendrado sentido del humor al pedirle a su verdugo que le permitiese apartar la barba y no se la cortase, porque no tenía culpa alguna de que le hubiese crecido sin obedecer al rey.
Capitán Sánchez Pérez-Castejón
- ¿Cómo no reconocerle, pese las apariencias que podrían inducirnos a engaño, que quien todavía sigue siendo presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez Pérez-Castejón (Madrid, 1972), sea un dirigente de contrastada modestia dado que la última que se le conoce ha sido la de adjudicarse el grado de capitán de su tropa sanchista, lo que le faculta parta incorporarse al elenco de famosos personajes, reales o de ficción, que conocemos y que alcanzaron el mismo grado, como los capitanes Araña, Ahab, Garfio, América, Calzoncillos, Trueno, Phillips… y los que también lo son en nuestras fiestas de moros y cristianos, cuando podía haberse investido ante el comité ejecutivo de su partido, entregado como lo está, como gran capitán, e incluso como caudillo y, sin embargo, ha preferido como evidente demostración de su recato, quedarse por debajo de la graduación de comandante cuando pudo aspirar a ser proclamado general, y hasta generalísimo de habérsele ocurrido, porque los suyos, dados a idolatrarle –por ahora, aunque más dura será la caída – lo hubiesen confirmado con inquebrantable adhesión?
Agilizar los tiempos de espera de licencias
- ¿Cuántas han sido las veces que los periodistas hemos escuchado a políticos con mando en plaza, lanzar anuncios y comprometerse a aprobar nuevas medidas tendentes a agilizar y simplificar los trámites administrativos que la muchas veces inextricable maraña de ordenanzas, leyes y procedimientos, con la apática complicidad de funcionarios poco dados a facilitar la solución de problemas, se encargan de dilatar ad calendas graecas toda solicitud de apertura de un nuevo negocio, ya sea una licencia de obras para viviendas, como de una empresa, con todo lo que lo dilatar la espera supone renuncia y abandonar proyectos? ¿Conseguirá la alcaldesa de Valencia, María José Catalá Verdet (Valencia, 1981), hacer realidad su compromiso anunciado esta misma semana, de aprobar el próximo mes una nueva ordenanza, con la que agilizar y simplificar procedimientos que hagan posible reducir los tiempos para conseguir la aprobación de licencias?
Tiempo de clóchinas valencianas
- ¿No se arrepentirá el arriba firmante si el elogio con el que pretende homenajear al molusco valenciano por excelencia, que conocemos como clóchina –mucho está tardando la RAE en incorporarla al diccionario-- y que los naturales del Reino de Valencia apreciamos sobremanera se tradujese en un incremento de su precio? No, no se arrepentirá porque el piropo está más que justificado y así lo ratificarán paisanos y forasteros que las coman en estas semanas previas y posteriores a San Juan cuando el bivalvo, criado en bateas en el exterior del puerto de Valencia, también en el de Sagunto, está en su mejor momento de tamaño y sabor. Declarado devoto de su consumo como lo soy pongo en valor el acierto de la cadena de supermercados Mercadona que preside Juan Roig Alfonso (Valencia, 1949), que nos ha sorprendido gratamente a sus clientes al ofrecernos las clóchinas no en una redecilla o a granel, como en campañas anteriores, sino ya limpios de barbas y adherencias, perfectamente envasadas, y dispuestas a ser cocinadas sin más complicación ni secreto que poniéndolas en la cazuela acompañadas de unos trozos de limón, una hoja de laurel, una o dos guindillas y esperar no más de dos o tres minutos, los que necesita el fuego para revelarnos los exquisitos secretos que guarda entre sus valvas. Espero y deseo que las disfruten.
José Luis Torró es periodista.