CRÓNICAS SABÁTICASAlberto Caparrós

El teatrillo de Abascal en Valencia

El voto en contra de Vox a la investidura de Pérez Llorca cotizaba tanto como una goleada de San Marino a España: cero euros

Valencia es muy pequeña, aunque sea la tercera capital de España, y aquí nos conocemos todos. Incluidos a los diputados de Vox que este jueves llegaban a las Cortes Valencianas convencidos de votar a favor de la investidura de Juanfran Pérez Llorca como presidente de la Generalitat pero que admitían en privado que estaban a la espera del pulgar hacia arriba de Santiago Abascal.

El presidente de Vox ha dirigido en las últimas semanas un teatrillo. El desenlace del sainete en el que ha tratado de convertir la votación del sucesor de Carlos Mazón estaba escrito. A Vox no le quedaba otro camino que apoyar al PP, un grupo que le triplica en representación en el Parlamento autonómico.

El voto en contra de Vox a Pérez Llorca cotizaba tanto como una victoria de San Marino ante España: cero euros. Abascal no se podía permitir forzar un adelanto electoral anhelado por la izquierda. El PSPV-PSOE y Compromís creyeron ver en la tragedia de la dana un atajo para recuperar antes de tiempo el poder perdido en la Generalitat. Si Vox hubiera dejado caer al PP se hubiera convertido en cooperador necesario de los deseos de Diana Morant y Joan Baldoví.

Conforme ha venido informando El Debate desde que la noche del 3 de noviembre anticipó el nombre de Pérez Llorca como sucesor de Mazón, las encuestas electorales suponían un arma de doble filo para Vox. Por mucho que los sondeos apunten a un crecimiento del partido de Abascal, llamar a las urnas en la actual coyuntura política suponía lanzar un moneda al aire con el riesgo que cayera cruz y la izquierda consiguiera su propósito. Todo lo demás ha sido puro teatrillo.

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