Un F-18 Hornet (C.15) junto al emblema del Ejército del Aire y del Espacio de España

Un F-18 Hornet (C.15) junto al emblema del Ejército del Aire y del Espacio de EspañaKindelán

Ejército del Aire | Armada  España renueva su poder aéreo: más Eurofighter, adiós a los F-18 y Harrier y un futurista caza furtivo

El 27 de junio de 2022 el Ejército del Aire vivió un hito histórico cuando un Real Decreto certificó su cambio de nombre. Desde aquel momento se añadía «...y del Espacio» a su tradicional denominación. Quizás pueda parecer una simple modificación dialéctica, pero lo cierto es que se abría la puerta oficialmente a una nueva etapa repleta de desafíos. Aquel Real Decreto reconocía que el «continuo aire-espacio» conforma un nuevo ámbito aeroespacial. Un nuevo ámbito para las Fuerzas Armadas en la protección y el control del espacio y desde el espacio. Una estrategia que desde el Ministerio de Defensa se considera imprescindible. La información que se obtiene desde el espacio ultraterrestre es clave, por ejemplo, para el conocimiento de una situación crítica, la conducción de las operaciones militares o la alerta temprana ante el lanzamiento de misiles de largo alcance. Mientras entramos de lleno en la «guerra de las galaxias», la defensa aérea española se basa en la precisa coordinación de sus más de 20.000 efectivos y su potente
Poder aéreo español

Poder aéreo españolKindelán

Poder áereo español

Poder áereo españolKindelán

La fortaleza del Ejército del Aire y del Espacio español pivota sobre los cazas de combate. Por un lado, el peso de la defensa reside en los Eurofighter Typhoon, los más modernos y mejor dotados de las Fuerzas Armadas en la actualidad. En segundo lugar, se sitúan los F-18, que lentamente se aproximan al final de su vida operativa y ya se están aprobando sus futuros recambios. Es el caso, por ejemplo, del Proyecto Halcón, que supone la compra de 20 nuevos Eurofighter para sustituir a los antiguos F-18 de la base aérea de Gando (Canarias). El acuerdo del Consejo de Ministros de 14 de diciembre de 2021 autorizó dicho plan, que cuenta con una inversión de 2.043 millones de euros. Su papel es estratégico para la defensa del espacio aéreo español ante Marruecos.
Defensa estudia en la actualidad el denominado Programa Halcón 2, que incorporará otros 25 nuevos Eurofighter a la actual flota para continuar la progresiva sustitución de F-18. Y, por primera vez, plantea una solución mixta con la incorporación de un caza de quinta generación.
Un Eurofighter del Ala 14 con bombas EGBU y GBU, misiles Iris T y Amraam  y Meteor

Un Eurofighter del Ala 14 con bombas EGBU y GBU, misiles Iris T y Amraam y MeteorAirbus

Policía aérea española F-18 de la base aérea de Šiauliai, Lituania

Policía aérea española F-18 de la base aérea de Šiauliai, LituaniaNATO Air Command

La tercera pata de la defensa aérea española se basa en los Harrier (AV-8B+) de la flotilla de aeronaves de la Armada. Estos aviones tienen capacidad de aterrizaje y despegue en vertical y en pista corta, y están integrados en el portaaeronaves L-61 Juan Carlos I. Los míticos Harrier están llegando también al fin de su vida operativa y una de las opciones que se está barajando, no confirmada por el Ministerio de Defensa, es la adquisición del F-35 Lightning II, aviones furtivos de quinta generación fabricados por Lockheed Martin en Estados Unidos. El Juan Carlos I puede albergar entre 10 y 12 aviones F-35 o AV-8B+. Los F-35 son los únicos que podrían sustituir a los Harrier.
Aviones Harrier dispuestos en la cubierta del L-61 Juan Carlos I

Aviones Harrier dispuestos en la cubierta del L-61 Juan Carlos IArmada Española

En total, Defensa prevé una inversión de casi 11.000 millones de euros para la adquisición de nuevos aviones de combate para las Fuerzas Armadas, 220 millones en 2023. Los presupuestos de este año incluyen un apartado destinado al avión sustituto del AV-8B (es decir, aviones Harrier de la Armada) y C.15M-2ª Fase' (es decir, F-18 del Ejército del Aire).
La transformación tecnológica en este campo avanza a gran velocidad. Hay unanimidad entre los expertos en que los sistemas más baratos, como los sistemas aéreos no tripulados, los drones y los satélites comerciales pequeños, no pueden reemplazar a los de alta gama, como el F-18 y el Eurofighter. Pero una combinación entre ambas capacidades podía resultar muy efectiva. En esta línea se trabaja ya.
El cuarto capítulo de la estrategia española se basa en un proyecto futuro, el denominado FCAS, Future Combat Air System o futuro sistema europeo de combate. El epicentro de este sistema es un caza de sexta generación que volará acompañado por un enjambre de drones en una nube de combate virtual. El pasado 18 de noviembre, el Gobierno anunciaba un acuerdo industrial con Francia y Alemania para impulsar el proyecto, en el que los tres países participarán en un 33 por cierto cada uno. En esencia se trata de un sistema de armas que permitirá la integración en tiempo real de satélites de comunicaciones, aeronaves de alerta temprana (tipo AWACS), carros de combate de última generación y buques de guerra, incluidos submarinos. Asimismo, se podrá comunicar con los Eurofighter españoles y, por supuesto, con aviones cisterna.
Recreación del caza de combate de sexta generación que proyecta España junto a Alemania y Francia

Recreación del caza de combate de sexta generación que proyecta España junto a Alemania y FranciaKindelán

En este contexto de renovación, se mantienen los principales programas de modernización correspondientes al Ejército del Aire y del Espacio, como la integración del misil Meteor en los Eurofighter y la entrada en servicio del Airbus A330. El misil aire-aire de largo alcance Meteor aporta una importante ventaja operativa en el combate aéreo; y se han adquirido asimismo bombas guiadas, misiles aire-superficie Brimstone, misiles aire-aire de medio alcance AIM-120 AMRAAM y el inicio de la modernización de los misiles IRIS-T, de corto alcance.
Además, se ha firmado el contrato de desarrollo y producción del EuroMALE, un sistema aéreo no tripulado proyectado por cuatro países de la UE: España, Alemania, Francia e Italia. Su objetivo es establecer una base tecnológica independiente en el campo de la aviación no tripulada.
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