Antonio Hurtado durante su intervención
El estado de la ciudad de Córdoba, según la oposición
Un debate de tres horas donde el gobierno municipal se somete al examen de su gestión
El debate sobre el estado de la ciudad que hoy se celebra en el Ayuntamiento es una de las grandes oportunidades que tiene la Corporación a lo largo del año para hablar de política en general. Algo similiar ocurre con las sesiones en que se debaten los presupuestos municipales o las ordenanzas fiscales, cuando el modelo de ciudad se pone bajo el foco, pero en este caso no se toman acuerdos de carácter ejecutivo; acaso, compromisos para cumplir, o no, en el futuro.
La sesión de este jueves tiene en el aspecto formal unas diferencias respecto a los plenos normales: como consiste en una sucesión de intervenciones, se coloca un atril ante la mesa presidencial por donde van sucediéndose los portavoces. Además, los tiempos de intervención se alargan sobre lo habitual hasta los 15 minutos para los cuatro portavoces en la primera ronda y los siete minutos y medio en la segunda. El alcalde, José María Bellido, está exceptuado de esta norma y en sus tres intervenciones -inicio, réplica y cierre- tiene libertad para usar el tiempo que estime oportuno. La estimación es de al menos durará tres horas.
La dinámica habitual ha establecido la tradición que desde el gobierno local se haga balance de todo lo bueno realizado en el último año así como de lanzar una serie de anuncios que, por novedosos, coparán los titulares periodísticos. Lo cierto es que unos y otros van a exhibir su visión de la ciudad desde su propio punto de vista.
Los logros que exhiba el equipo de gobierno se van a ver contrarrestados con las intervenciones de los portavoces de la oposición. A lo largo de este mandato, la mayor dureza en las intervenciones ha sido la de los grupos de PSOE y Vox; el primero, marcando desde el detalle y el dato, y el segundo desde el fondo ideológico.
Así llega la oposición
Así, el socialista Antonio Hurtado, y los concejales de su grupo, han realizado en estos meses un marcaje de proximidad, sacando a relucir, generalmente en el apartado de ruegos y preguntas, aquellos desperfectos detectados en tal o cual calle, en un colegio o en la organización de cualquier acto, principalmente.
El caso de Vox es distinto, ya que la fiscalización de la gestión municipal la realizan desde el terreno de la ideología. La portavoz, Paula Badanelli, repite con frecuencia que el gobierno de Bellido es una continuación en algunos aspectos del de IU y PSOE con Isabel Ambrosio al frente. Además, también les echa en cara que los acuerdos alcanzados en el anterior mandato para la aprobación de presupuestos y ordenanzas -cuando el PP carecía de la mayoría absoluta actual- estén aún pendientes de ejecución.
Hacemos Córdoba, por su parte, es digna heredera de su génesis, con una buena parte de Izquierda Unida más la adición coyuntural de Podemos por aquello de ganar peso en las urnas. El tono de su portavoz, Juan Hidalgo, no muta cuando abre el micrófono para intervenir en los plenos. Ni eleva la voz ni recurre al exabrupto. Con su ideología le basta.