Carlos Aladro e Isabel Albás

Carlos Aladro e Isabel AlbásJC

«Alteración caprichosa del orden» o «comportamiento inadecuado», entre las razones de cese de Aladro

Albás reconoce que el exgerente le dio voces así como que incumplía las directrices que se le marcaban

Conforme avanza el calendario se van conociendo más detalles sobre el cese de Carlos Aladro como gerente del Instituto Municipal de Artes Escénicas (IMAE) a los cinco meses de su nombramiento. Ayer fue la propia delegada de Cultura y presidenta del IMAE, Isabel Albás, quien informó del acuerdo de cese adoptado por la Junta ded Gobierno Local. La edil se mordió la lengua -incluso le dio las gracias «por su desempeño laboral»- pero no llegó a profundizar en el detalle de las verdaderas razones de la decisión que se conoció el pasado jueves.
En el expediente sobre asunto hay un documento, identificado como «motivación cese gerente», firmado por Albás, en el que sí se detallan los motivos sobre los que el gobierno municipal sustenta su acuerdo. Son seis puntos que hace referencia a su relación con los trabajadores del IMAE y se añade un séptimo que atañe personalmente a Albás. Habla de «un trato inadecuado profiriendo voces por parte de la Gerencia a esta Presidencia, y el incumplimiento con la directrices de esta Presidencia que en ocasiones repetidas le ha instado a la moderación en el trato personal y la observación de las normas de conducta adecuadas».
En cuanto a la relación de Aladro con la plantilla de los teatros municipales, en este documento se habla de «faltas de respeto en el trato hacia trabajadores, y especialmente, hacia el equipo directivo responsable de las áreas principales de funcionamiento del IMAE», así como el uso de «métodos de funcionamiento y comportamiento inadecuados para el puesto que ocupa» y «acusaciones en reuniones a trabajadores directivos de hostilidad por solicitar información sobre asuntos laborales que están bajo su responsabilidad, y que forman parte de sus competencias».

«Comentarios despectivos y malintencionados»

La delegada de Cultura explicó someramente ayer tras la Junta de Gobierno que el exgerente «no ha encajado en el equipo del IMAE». Pero en este documento se profundiza en la relación y se apunta la «pretensión de fracturar nuestra organización (entiéndase este término como el grupo de trabajadores del IMAE que desempeñamos nuestros cometidos profesionales para un bien común)», así como que «esta fractura se está llevando a cabo con la difusión entre el personal de falacias, comentarios despectivos y malintencionados referidos a personas que forman parte del equipo directivo, y sobre los que, ya tenemos suficientes evidencias, ha puesto su punto de mira».
Por último, esta motivación del cese habla de la distribución del trabajo en los teatros municipales y detalla la «alteración caprichosa del orden y cauce jerárquico de nuestra organización, encomendando tareas a determinados trabajadores a los que no les corresponde realizarlas, con el fin de dejar desprotegido, puenteado y humillado al trabajador que realmente tiene atribuidas las competencias y 'premiar' así a otros compañeros como si de una guerra fratricida se tratara. Este mal proceder lo justifica cínicamente afirmando que es por 'ayudarlos' y 'aligerarlos' de tareas». Como conclusión, se habla de la metodología que «hacer imposible la ejecución del trabajo que ordena, dada la cantidad de tareas que asigna y la magnitud de las mismas».
Este documento afirma que las anteriores afirmaciones son «hechos objetivos» y que los mismos «quiebran la confianza entre las partes». Por este motivo se justifica la rescisión del contrato de carácter especial de personal de alta dirección para llegar a la situación de «perdida de confianza y la inidoneidad sobrevenida», por lo que se ha llegado a un punto en el que «no es positiva su aportación concreta al servicio público que se presta en el Instituto Municipal de Artes Escénicas».
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