Albuera, en una acción del partido disputado esta noche en Cieza

Albuera, en una acción del partido disputado esta noche en CiezaCCF

La Copa ya no mola (1-0)

El Córdoba vuelve a pegarse un batacazo histórico ante un equipo de Tercera Federación, que le superó con un gol de Rafa Ortiz a diez minutos del final

No hace tanto, la Copa molaba. El Córdoba se 'cargaba' a rivales de Primera División, conquistaba escenarios como Anoeta y se permitía el lujo de vivir una eliminatoria a doble partido contra el Barcelona de Messi y compañía. También era más o menos habitual verle dejar en la cuneta a equipos de superior categoría o llevar al límite al Sevilla militando en Segunda Federación, pero aquello forma parte del recuerdo. Especialmente en las dos últimas campañas, donde el equipo blanquiverde se ha llevado en la mochila dos despedidas ruborizantes.

Y eso que hoy Ania presentó un equipo de garantías. Un once más que reconocible en el que tan solo destacaban Marcelo Timorán y Albuera en los costados defensivos. El resto bien podían sonar como titulares: Carlos Marín, Álex Martín, Xavi Sintes, Alberto del Moral, Pedro Ortiz, Jan Salas, Diego Bri, Kevin Medina y Obolskii. Y, salvo alguna honrosa excepción, muy poquitos aprovecharon la oportunidad.

Primera parte de un pobre nivel

En la primera parte, pocos hubieran dicho que existían tres categorías de diferencia entre ambos. Pese a los avisos de Iván Ania en la previa, fue el Cieza el que demostró desde el minuto uno que era el que más quería la Copa. De hecho, en los diez primeros, apenas la falta de acierto le impidió ponerse por delante. Primero con un centro de Samu que no encontró rematador y, después, con un envío desde la esquina de Domi que no entró de milagro de forma directa.

Tras ese carrusel de avisos, el Córdoba empezó a merodear el área murciana. Sin muchos alardes, fue capaz de poner a prueba a Álex gracias a una jugada individual de Jan Salas que, en la acción inmediatamente posterior, reclamó sin mucha convicción un posible penalti. Marcelo Timorán probó fortuna sin éxito en el 20' y, desde ahí, apagón cordobesista.

De nuevo, los locales se hicieron con el mando y solo la madera y una parada a bocajarro tras el rechace de Carlos Marín, imposibilitaron que Domi estrenara el marcador en el minuto 37. Con ese miedo en el cuerpo, el Córdoba se estiró ligeramente y, al filo del descanso, tuvo el 0-1 en las botas de Alberto del Moral, pero el disparo del toledano desde la frontal se marchó rozando el palo derecho de la portería defendida por Álex.

Leve mejoría tras el descanso

Los de Ania salieron del descanso con una marcha más. Nada del otro mundo, pero lo suficiente como para poner a prueba a Álex después de un lanzamiento de falta de Pedro Ortiz que terminó en córner. Los locales dieron réplica con un lanzamiento desde media distancia de Camacho que se fue rozando el palo y, a partir de ahí, el Córdoba se adueñó del encuentro durante una fase importante.

Jugando más cerca de la portería contraria, las ocasiones empezaron a sucederse. La mejor, sin duda, la tuvo pasada la hora de juego Diego Bri, que se plantó solo ante Álex, pero no pudo batirle en el mano a mano. Después fue Kevin Medina el que, tras una acción individual en banda, probó fortuna con un derechazo que se marchó cerca del palo izquierdo de la meta del Cieza.

El mazazo, a diez del final y cuando menos se esperaba

Sin duda, era el momento del Córdoba en el partido. El Cieza, muy mermado en lo físico, apenas lograba aparecer en campo contrario, lo que aprovecharon los blanquiverdes para hilvanar un par de buenas acciones que pudieron significar el 0-1. Ambas con Jan Salas como protagonista. En la primera, Edu impidió que el balear empujara a placer en boca de gol y, en la segunda, su remate de cabeza a centro de Bri terminó yéndose fuera por poco.

El duelo entraba en su fase decisiva amenazando con la prórroga, por lo que Iván Ania decidió dar entrada a Theo y Sergi Guardiola a diez del final. Pero, solo un minuto después, y justo cuando el Cieza no podía con las botas, un envío de banda al área acabó con un rechace en la frontal que Rafa Ortiz convirtió en el 1-0 con un zurdazo ajustado a la base del palo izquierdo de la portería blanquiverde. Así es el fútbol. Cuando más lo merecieron los locales, no llegó y, cuando parecían estar más cerca los de Ania, se llevaron el rejonazo.

De ahí al final, el Córdoba ni existió. Ni tan siquiera para sacar algo de orgullo o amor propio. Álex no tuvo que hacer ninguna parada de mérito y al cuadro blanquiverde se le apagaron los focos de golpe. La Copa, otra vez, deja una noche sonrojante para la historia cordobesista.

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