De comienzo en comienzoElena Murillo

Más allá del hecho religioso

Actualizada 04:30

Se escapan los días de la Cuaresma entre la vivencia religiosa y cultural que entronca con la tradición. Se podría decir que es una expresión hiperbólica porque aún no ha llegado el ecuador de este periodo, pero sí que se han superado dos semanas sin apenas habernos dado cuenta. Vivir con intensidad este tiempo es algo factible. Es más, se puede afirmar que se dan circunstancias en las que hay que elegir entre varios actos programados un mismo día y a una misma hora. Esta concentración ofrece posibilidades para todos los gustos.

Dentro de la ambiciosa oferta disponible en nuestra ciudad, asistía hace unos días a una mesa redonda incardinada en el programa cultural preparado por la Fundación Cajasol, que lleva el nombre de Tramos de Cuaresma. En ella participaban un antropólogo, un sacerdote y un escritor. Por segundo año consecutivo, tras el éxito obtenido en 2024, se intentaba dar respuesta a la siguiente cuestión: «¿Por qué la Semana Santa trasciende al hecho religioso?» El dictamen era obvio para las tres voces que componían la mesa, que no hacían otra cosa que confirmar la evidencia de que la Semana Santa va mucho más allá del hecho religioso.

Tres perfiles diferentes confluyeron en una conversación dinámica que dejaba aflorar temas para la reflexión y también para profundizar en un amplio abanico de aspectos que, pese a ser visibles, no son objeto habitual de análisis.

Surgieron interesantes aportaciones en las que afloraron la realidad que se vive en torno a una celebración religiosa tan significativa como la Semana Santa, sobre todo en nuestra comunidad autónoma. Desde la vivencia de la Cuaresma como preparación a la Pascua hasta el lado más comercial de la fiesta, se fueron sucediendo anécdotas acaecidas a cada uno de los ponentes.

No faltaron, por ejemplo, interrogaciones abiertas que llevan a pensar en la posibilidad de morir de éxito como ya ha ocurrido con otras fiestas. Si el cartel que anuncia la Semana Santa se presenta en enero, ¿no ha quedado obsoleto cuando aparece en los paneles publicitarios en la primera semana de marzo?

Y, de esta forma, el diálogo alcanzó al Miércoles de Ceniza con su doble vertiente repartida entre fe y tradición; a las recetas de cocina propias de esta época; o a un planteamiento que, aunque pueda parecer descabellado, lleva a que nadie pueda afirmar que de aquí a un tiempo no se vendan experiencias relacionadas con el mundo cofrade. ¿Imaginan? ¡Viva la experiencia de ser costalero! La inmersión cultural, al alcance de tu mano.

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