Monseñor Demetrio Fernández

Monseñor Demetrio FernándezDiócesis de Córdoba

Carta pastoral

«Que la Palabra entre en el corazón y vaya transformando la vida»

El obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, escribe esta semana sobre el próximo domingo, en el que se celebra la Palabra de Dios

El domingo de la Palabra de Dios es una conmemoración de reciente instauración en el calendario litúrgico. El papa Francisco lo instituyó el 30 de septiembre de 2019 –en la fiesta de san Jerónimo- con la Carta Apostólica Aperuit illis («Y les abrió los ojos»). En este documento pontificio se recoge la fundamentación del valor de la Palaba de Dios y se explica el porqué de este domingo, «dedicado a celebrar, reflexionar y divulgar la Palabra de Dios».
La Palabra de Dios está presente en la Sagrada Escritura y en este sentido el obispo recuerda que los estudios bíblicos «han progresado notablemente», teniendo una presencia más amplia en las parroquias y las comunidades. Algo que además permite reflexionar sobre dicha Palabra e interiorizarla. Destaca el prelado que «nuestro tiempo ha conocido un despertar bíblico impresionante, poniendo al alcance de todos la Biblia en sus distintas ediciones: salterio, evangelio de cada día, etc».

Camino de Emaús

Explica monseñor que este domingo pretende evocar «a aquel primer domingo de la historia en el que Jesús se hizo el encontradizo con los discípulos de Emaús y les fue explicando las Escrituras hasta la fracción del pan. Les abrió los ojos y ellos pudieron entender por medio de las Escrituras explicadas por el Maestro que el Mesías tenía que padecer para entrar en su gloria. Y a la luz de esas Escrituras pudieron entender el sentido de sus vidas iluminadas por la resurrección de Jesucristo». Y añade que «Esa luz potente de las Escrituras sigue encendida, acerquémonos a ella para dejarnos iluminar y para leer nuestras vidas con la luz de Dios».
Señala el prelado que el uso de ediciones de bolsillo del Evangelio se está haciendo cada vez más habitual y ello permite unos minutos de reflexión cada día. «Es frecuente comenzar nuestras reuniones, incluso las reuniones familiares, con la lectura de un breve texto de la Escritura. Los salmos van entrando en la memoria y en el corazón, más todavía cuando son en lengua vernácula y expresan todos los sentimientos de las múltiples situaciones humanas».
Y concluye con la conmemoración de este tercer domingo del tiempo ordinario. «Es lo que pretende este domingo de la Palabra de Dios, una jornada en la que nos detenemos ante la Palabra de Dios para venerarla, escucharla con más atención, y dejar que cale el corazón para transformar nuestra vida en aquello que anuncia».
Pueden leer la carta íntegramente en este enlace.
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