Miguel Ángel Perea, presidente del Colegio de Veterinarios de Córdoba

Miguel Ángel Perea, presidente del Colegio de Veterinarios de CórdobaSamira Ouf Calero

Miguel Ángel Perea, presidente del Colegio de Veterinarios de Córdoba

«Para la Ley de Bienestar Animal no se ha contado con los veterinarios porque es una ley ideológica»

A pesar de la luminosidad y confort del despacho de la sede colegial en el que nos recibe, a Miguel Ángel Perea (Villaviciosa,Córdoba, 1971) se le nota a lo largo de la conversación que su medio natural es el campo, en el que se ha criado y mantiene una explotación ganadera familiar. No obstante, además de su trabajo como profesor asociado en el departamento de Sanidad Animal de la Facultad de Veterinaria de la UCO, ahora el despacho forma más parte del ecosistema en el que también se movía el señor Perea cuando ejercía de vicepresidente y tesorero del Colegio de Veterinarios de Córdoba, una institución con más de ochocientos colegiados de los que «setecientos treinta, aproximadamente» están en activo y de los cuales unos doscientos ochenta son veterinarios clínicos. «Los médicos de los animales» suelen tener más imagen en la sociedad, pero aquellos que se encargan de la investigación- en el ámbito universitario- o de la sanidad animal en el terreno administrativo también existen. Y juegan un papel muy importante que destaca este nuevo presidente, llegado tras la renuncia del anterior, Antonio Arenas, ahora en tareas de vicerrectorado.
Miguel Ángel Perea, presidente del Colegio de Veterinarios de Córdoba

Miguel Ángel Perea, en su despachoSamira Ouf Calero

- ¿Nacer en Villaviciosa es un hecho que marca para ser veterinario?
- Pues sí, porque nací en el seno de una familia que tenía animales. Crecí rodeado de ellos. Es una profesión que viene dada por la vocación. Me he criado entre animales y tuve muy clara mi vocación desde siempre. Y veterinaria era la carrera que quería hacer y lo conseguí. Además yo sigo con una explotación ganadera junto a mi hermano, porque mis padres ya están jubilados. Ahí estamos con una tarea que nos inculcaron desde pequeñitos.
- ¿Ha servido la pandemia, de alguna manera, para reconocer aún más la profesión veterinaria?
- Es una profesión que ya se conocía, lo que ocurre es que la labor del veterinario siempre ha sido primordial en el control de epidemias. La pandemia ha servido para que los conocimientos que aplicamos en el sector veterinario se pudieran aplicar a una situación que ha afectado a millones de personas. Eso ha redundado en el beneficio de la salud pública humana.
- ¿De cuántas pandemias nos han librado los veterinarios antes de que estas se produjeran?
- Los veterinarios han estado aplicando sus conocimientos, por ejemplo, con la crisis del ébola. Ha habido varias epidemias producidas por la transmisión de animales, las zoonosis, que al final, afortunadamente, l no acaban afectando a las personas
- De los veterinarios sobre todo se conoce la parte clínica, pero ustedes hacen mucho más.
- La parte clínica es un eslabón más de toda la profesión, pero hay otra labor muy importante, como la del control diario de la calidad de los alimentos, que quizás sea la más desconocida, al igual que la parte de producción animal. Esta profesión tiene un amplio abanico de posibilidades y materias. Es cierto que lo que más se conoce es la del ‘médico de los animales’, pero no olvidemos que la calidad de un alimento está siempre supervisada por un veterinario.
- Se habla mucho de salud pública pero no de la salud pública veterinaria.
- Está el concepto ‘One Health’ , o sea, una sola salud. Salud animal, humana y medioambiental. La visión de hoy día es que todo está interrelacionado y no se habla de una salud pública veterinaria.
- Pero parece que a los veterinarios se les saca de esa ecuación de ‘una sola salud’.
- Se tiende a sacarnos de esa ecuación (ríe), pero evidentemente somos un pilar muy importante. Aquí en Córdoba hay más de cien veterinarios en el Servicio Andaluz de Salud cuya labor es la del control de toda la cadena alimentaria. Y luego estamos los veterinarios que día a día estamos en el campo - y aquí me incluyo- por el bienestar y la salud de los animales, que al final redunda en una buena salud pública. Las campañas que venimos realizando desde el Colegio precisamente se centran en dar a conocer que la profesión veterinaria tiene un abanico más amplio de actividades que el cuidado de los animales.

La profesión veterinaria tiene un abanico más amplio de actividades que el cuidado de los animales.

- ¿Es necesaria una ley de bienestar animal?
- Es una ley necesaria. Según los últimos datos, más del 50% de los hogares españoles tienen una mascota en su casa. Esa relación de personas con animales tiene que ser regulada, evidentemente. Lo que no se puede es hacer una ley para el bienestar animal pensada desde el punto de vista ideológico. Se están dejando muchos factores que no se contemplan con esta ley.
- Colegas suyos han dicho que es una ley «de espaldas a la ciencia y al mundo rural».
- Sí, totalmente. No se ha contado con los veterinarios, que tenemos conocimientos científicos y técnicos. Para elaborar el anteproyecto de esta ley no se ha contado con nosotros. Es una ley más ideológica que pensada para controlar el maltrato o regular el bienestar de los animales. El Gobierno no ha tenido a bien convocar a la organización colegial, que somos los expertos en bienestar, sanidad y comportamiento animal.
- En ese sentido, parece ser que la ley está plagada de alguna que otra barbaridad o disparate.
- Si. Por ejemplo,para el control para el abandono se pretende la castración como única medida. La organización colegial es más partidaria de la identificación del animal abandonado, y sobre todo de la concienciación social de que hay que preservar el bienestar del animal.
Miguel Ángel Perea, presidente del Colegio de Veterinarios de Córdoba

Miguel Ángel PereaSamira Ouf Calero

- ¿Es usted partidario de realizar un cursillo de formación para tener un perro? La nueva ley lo contempla.
- Sí, sería necesario. Pero otra de las incongruencias de esta ley es que habla de una formación para todos aquellos propietarios de un animal pero no especifica qué persona es la que va a impartir esa formación ni qué conocimientos o formación debe tener. Es otro vacío más de los que presenta en su redacción.
- Dice que no se ha contado con los veterinarios pero parece que tampoco con la gente que vive y trabaja en el ámbito rural, que también saben más de animales que los urbanitas que legislan, seguramente.
- Pero porque, como decía, esto es más un proyecto ideológico que el abordaje y regulación de las personas con los animales.Y ahí tendrían que tener cabida todas las personas que conviven con animales: los cazadores, los que los tienen para las labores en el campo… No es lo mismo un animal en una explotación ganadera que uno metido en una vivienda. No se han tenido en cuenta a esos colectivos y es grave sobre todo con la gente del medio rural, porque ellos hacen bandera del bienestar animal entre otras cosas porque es su fuente de ingresos. Cuando hablamos de animales no lo hacemos solo de los de compañía sino de los animales de producción también.
- Ahora se habla mucho de ‘mascotismo’ y según nos dice parece que es el espíritu que ha inspirado esta ley.
- Si, se centra en lo que significa tener una mascota, de ahí lo de ‘mascotismo’, y no se contempla a los animales para poder ser utilizados para el trabajo.
- La Facultad de Veterinaria cumple 175 años y ha sido y es cantera de grandes profesionales que ejercen no solo aquí sino fuera de España ¿Qué relación mantienen desde el colegio con la facultad?
- La relación del colegio no puede ser otra que la de tener un trabajo continuo y directo con la facultad. De hecho la junta de gobierno de este provincial siempre tiene una persona representante de la facultad dentro de su junta directiva.
- Tiene usted recién estrenada la presidencia y nos consta que su predecesor realizó una buena labor ¿Cuáles son los retos que tiene el colegio por delante en esta nueva etapa?
- Antonio Arenas decidió dejar el cargo debido a su nuevo trabajo en el rectorado de la Universidad de Córdoba. Aquí continuamos con el legado que Antonio dejó en este provincial y los retos deben ser seguir apostando por la formación continuada, a la que destinamos una partida importante de nuestro presupuesto. Queremos que nuestros colegiados sean más y mejores profesionales.
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