Influencers rusas destrozan artículos de la firma Chanel
Chanel veta a los rusos y las 'influencers' descuartizan los bolsos en señal de protesta
«Ni un solo bolso y ni una sola cosa vale mi amor por mi patria», dice la presentadora de noticias Marina Ermoshkina
Que Chanel haya decidido dejar de vender sus productos de lujo a «cualquier persona física, jurídica o entidad rusa, o para su uso en Rusia» por la invasión a Ucrania no ha sentado precisamente bien entre las influencers del país, acostumbradas a derrochar grandes sumas de dinero en la Casa de moda francesa. Aunque no es la única empresa que ha decidido cerrar sus tiendas por Putin, el hecho de que ahora sus clientes tengan que «comprometerse por escrito a no enviar lo comprado a Rusia» es un paso más que ha tenido respuesta hasta por parte del Ministerio de Exteriores de Rusia. «Parece que los gestores del legado de la gran Coco Chanel han decidido unirse a la campaña rusófoba para 'cancelar' a Rusia», dijo enfadada Maria Zajarova, portavoz del ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia.
Las influencers no se han quedado simplemente en palabras y han optado por pasar a la acción con una campaña anti Chanel con las etiquetas #returnthemoney («Devuelve el dinero»), #stophatingrussians («Paren de odiar a los rusos») y #stoprussophobia («Paren con la rusofobia»). A través de sus redes sociales han denunciado la rusofobia grabándose mientras rompen en mil pedazos los carísimos artículos de lujo de la firma. Así la popular Victoria Bonya, con casi diez millones de seguidores, publica cómo ha quedado su bolso después de coger unas tijeras. «Si la casa Chanel no respeta a sus clientes, ¿por qué tenemos que respetar a la casa Chanel?», escribe a la vez que muestra su total disgusto con la marca.
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La presentadora de noticias Marina Ermoshkina también se ha pronunciado contra la decisión de Chanel. Aunque en su caso solo ha destrozado un bolso. El resto de productos de su armario de la firma tiene intención de venderlos para ayudar a las víctimas de Donbás. Una decisión bastante más acertada que la otra influencer, que, en ningún momento, ha tenido la misma valentía para mostrar su indignación contra la invasión rusa de Ucrania.
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No entiende ese veto hacia ellas, que siempre han dado la cara por Chanel: «Fuimos nosotras las que desde pequeñas nos marcamos el objetivo de comprar un bolso de esta firma», escribe Ermoshkina. Asegura que «ni un solo bolso y ni una sola cosa vale mi amor por mi patria» mientras que se opone a la rusofobia.
Pero la cosa no ha quedado ahí. Algunos se han aventurado a recordar el pasado de Chanel con los nazis: «Chanel simpatizaba tanto con los amos alemanes de París que participó en intentos de organizar negociaciones secretas entre el Reich y el Reino Unido mientras los parisinos de a pie sobrevivían durante la ocupación y explotación alemana». Además, algunas fachadas de las tiendas de la marca han aparecido con caras pintadas de Adolf Hitler.
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