Esta semana, la Reina Letizia ha lucido estelar con un modelo azul de escote asimétrico en el Liceo de Barcelona. Ha llamado la atención, bellísima. Sin embargo, la prensa internacional se atreve a preguntarse si no se viste más como una modelo que como una reina.
Tras años monopolizando su armario con Felipe Varela, ahora todos sus atuendos son a menudo de Hugo Boss o de una marca del grupo catalán Puig, como es Carolina Herrera.
En la gala del 175 aniversario de la Fundación del Círculo del Liceo de Barcelona como decimos, Doña Letizia recuperó un modelo azul con un hombro caído similar pero más atrevido que un vestido largo que Rania de Jordania llevó en la boda de Victoria de Suecia. Cierto es que su apariencia con el tirante caído bailaba en el filo entre lo favorecedor y lo hollywoodiense.
Doña Letizia había llevado este vestido con anterioridad en 2017, durante una cena ofrecida por el alcalde de Londres; entonces lo combinó con banda, broches, tiara floral y espectaculares pendientes largos de zafiros. Quizás este vestido quedaba más montado con esas joyas. En esta ocasión lo ha lucido con una pulsera de zafiros y unos pendientes de la misma piedra. Con sandalias de Jimmy Choo de 12 centímetros y un maquillaje y peinado impecable, mostraba músculos, bronceado y maquillaje corporal que le aporta brillo al cuerpo.
Más comentarios aún generó esta semana pasada una falda de vuelo de H&M con un agujero central que dejaba ver una rodilla y un muslo.
Y en mayo pasado, en un acto durante el día de la Cruz Roja Mundial, la reina apareció luciendo tableta de chocolate en los abdominales con un vestido midi fucsia de corte cut-out de la marca Cayro, con el que quedaban claro sus esfuerzos en el gimnasio.
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