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27 de julio de 2024

Zapatilla

La delicia del lacón gallego mezclado con el mejor queso de tetilla o de Arzúa

Gastronomía

Qué es 'la zapatilla', el bocadillo gallego que triunfa en Lavapiés

Un bocadillo con solo dos ingredientes que ha convertido en mítico al Bar Melo's

El mítico Bar Melo's de Lavapiés vivió una resurrección poco después de su cierre definitivo. Era 2020, plena pandemia, y sus dueños durante cuarenta años, José Ramón y Encarni, decidieron cerrar las puertas de su local para jubilarse. A los 65 años parecían acabar con un capítulo de la hostelería madrileña, sin saber que tres fans habituales quería continuar con la leyenda.

Rafael Riqueni e Ignacio Revuelta lo reabrieron pocos meses después con la idea de continuar con la esencia que le hizo famoso: su majestuosa zapatilla. Un clásico de siempre muy bien ejecutado que solo necesita un par de rebanadas de pan de hogaza gallego, casi 1 kg de lacón cortado a mano y queso de tetilla o Arzúa-Ulloa.

Bar Melos

La clásica zapatilla que ha hecho famoso al Bar Melo's

El primer paso es untar uno de los lados de cada rebanada de pan con una capa generosa de mantequilla y las tostamos, por el lado enmantequillado. También se tuesta a la plancha a fuego muy lento el lacón, hasta que esté sellado. A continuación se integra en el pan y se añade el queso sin retirar del fuego, de modo que se vaya fundiendo al mismo tiempo que el pan termina de dorarse.

Con semejante manjar, habría quien pensara que el nombre no hace honor a la grandeza de su materia prima. Sin embargo, según cuenta la leyenda, lo justifica y mucho a su tamaño estándar, del que pueden comer dos comensales. De hecho, lo habitual es pedir una ración entera para compartir (14 €) o media ración si es para uno solo (7,50 €).

Fruto de la reapertura, han surgido también algunas innovaciones como la posibilidad e adquirir merchandising del local o tratar de superar El reto de la Zapatilla: comerse uno de estos bocadillos de casi un kilo de peso en menos de veinte minutos. El que lo logre se lleva una camiseta, una foto de recuerdo y un sitio privilegiado en su particular 'pared de la fama'.

Para los que no quieran vivir el desafío, la mejor opción es degustar una de las ocho opciones que ofrece como menú. Porque sí, la carta es escueta, pero para qué más cuando los ocho platos que ofrece son un auténtico manjar. Todos ellos están disponibles en su versión de ración o media ración para tomar allí o take away y van desde la morcilla, las empanadas de bonito, el queso gallego y el lacón a la plancha. Aunque, los más solicitados, junto con la zapatillas, son los pimientos de padrón. Sin olvidar también otro clásico de la casa, los croquetones de lacón o el único postre de la casa, el queso con membrillo.

Hay quien en cambio prefiere ir para disfrutar de la hora del vermut, que en esta casa ofrecen Cascorro, añejado en barrica y elaborado con uvas de Airén y Malvasía macerado junto a una selección de frutas y botánicos singulares, entre los que destacan el ajenjo, anís, vainilla, naranja amarga y romero. Al que no le guste siempre puede optar por el mítico ribeiro que marida a la perfección con cualquiera de estas recetas.

«Antes esto era la guerra. Llegabas aquí y te tocaba pelearte por un huequito. Nosotros creemos que es más cómodo comer bien, estar una hora y dejar el sitio para el siguiente. De esta forma están todos más a gusto, aunque sea de pie en la barra», explica Riqueini en una entrevista. De momento, este modus operandi de no reservar le está funcionando a la perfección. Tanto que ya han abierto un segundo local en Moncloa.

Calle del Ave María, 44 (Lavapiés)

Calle Andrés Mellado 16 (Moncloa)

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