El pasado 25 de mayo, después de dos años de posponer su plan, la familia de Edith Lamey, Sebastien Pelletier y sus cuatro hijos pusieron rumbo a Namibia. Desde Canadá, cruzaron el mundo hacia el que sería el primer destino de muchos, porque su programa incluye cuantos más países puedan visitar, mejor.
Pero no se trata de un viaje cualquiera. Cuando Mia, la mayor de los cuatro niños de esta familia canadiense, tenía tan solo 3 años, sus padres comenzaron a notar que tenía problemas de visión. Unos años después la pequeña fue diagnosticada con retinosis pigmentaria, una rara enfermedad genética y degenerativa que provoca una pérdida paulatina de la visión.
Después de Mia, Colin (7 años) y Laurent (5) comenzaron a experimentar los mismos síntomas. En 2019, recibieron el mismo diagnóstico. El único que no presentaba la mutación genética que causa la enfermedad es el segundo de los cuatro, Leo, de nueve años.
Por eso, la familia Pelletier-Lemay se propuso dar la vuelta al mundo y que sus hijos puedan tener recuerdos visuales antes de que pierdan la vista. Y aunque en origen iban a salir de Canadá en julio de 2020, sus planes se truncaron por la pandemia.
No tenían un itinerario a seguir, solo algunas experiencias que sabían que querían vivir, como Mia, que quería montar a caballo, o Laurent, que se propuso beber zumo encima de un camello. Su primer destino, cuando por fin pudieron volar, fue Namibia, donde la familia pudo ver por primera vez elefantes, cebras y jirafas. Desde entonces han pasado por Zambia, Tanzania, Turquía, Mongolia e Indonesia y seguirán conociendo mundo hasta marzo de 2023, fecha en la que tienen previsto volver a casa.
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