Imagen del Flip Kid Challenge
Pediatras alertan del reto viral de zarandear a los niños que impide que llegue oxígeno al cerebro
Se conoce como el síndrome del niño sacudido y con hacerlo solo unos segundos puede provocar graves secuelas neurlogógicas
Entre los brazos de sus padres se puede ver a muchos niños en TikTok. Ambos adultos mueven sus brazos entrelazados alrededor del menor hasta que, en un momento dado, los cruzan y hacen dar a su hijo una voltereta en el aire a elevada velocidad. Su cara de ilusión se transforma en miedo, y en uno de esas publicaciones en la que se puede ver como un bebé de unos dos años, al acabar de ser sacudido, extiende su dedo índice y comienza a moverlo en negativas.
El conocido como Flip Kid Challenge es un reto que lleva latente en 2021 en redes, pero que ahora ha cobrado importancia debido a que enfermeros y educadores que se dedican a la divulgación en el entorno digital están advirtiendo a los padres que, por sus negativas consecuencias, no lo practiquen con sus hijos.
La consecuencia principal de este reto viral es que el niño pueda sufrir el síndrome del niño zarandeado o sacudido, algo con lo que los pediatras llevan luchando desde hace años. De hecho, el pasado 2022 el hospital Vall d´Hebron de Barcelona puso en marcha un programa para concienciar a la sociedad de las graves secuelas neurológicas que pueda dejar en un niño ser sacudido.
«Zarandear a un bebé solo unos segundos puede dejarlo ciego o provocarle secuelas irreversibles», explican desde el centro. El Flip Kid o acciones parecidas provocan en la cabeza del niño movimientos de aceleración y desaceleración rápidos, que según explican desde el Vall d´Hebron, pueden causar lesiones intracraneales o traumatismos en el cráneo, «a causa del gran tamaño de la cabeza en proporción al resto del cuerpo y a una musculatura del cuello débil», especifican.
Este síndrome, advierte la Asociación Española de Pediatría, es relativamente frecuente. La estimación en el mundo es de 20-25 casos por cada 100.000 niños menores de dos años, mientras que en España de cada 450.000 niños nacidos, unos 100 pueden sufrirlo.
Aunque el motivo más común es que el bebé llore desconsoladamente, que es zarandeado ante la frustración o enfado de su cuidador, este reto viral es otro desencadenante del síndrome, que cuando se da con poca intensidad puede dejar secuelas como dificultad para aprender a hablar, falta de coordinación o problemas de aprendizaje; pero de ser zarandeado más violentamente, puede desencadenar parálisis cerebral, discapacidad intelectual, ceguera o epilepsia.
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