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25 de abril de 2024

Unos niños con libros en la cabeza

Unos niños con libros en la cabezaPexels

¿Existen diferencias en el cerebro de niños y niñas a los cinco años?

Un nuevo estudio de la Universidad de Turku ha demostrado que la evolución de la sustancia blanca del cerebro es distinta en niños y niñas a los cinco años

Que niños y niñas tienen un ritmo madurativo distinto está claro, y si no, que se lo pregunten a los expertos en educación diferenciada que emplean esas diferencias para sacarle a ese desfase entre sexos todos sus beneficios en cuanto al aprendizaje se refiere. Un estudio científico, elaborado con imágenes neuronales de alumnos de entre 9 y 11 años ya lo había comprobado. Una nueva investigación deja ahora pruebas de que estas diferencias podrían remontarse a la primera infancia, en torno a los cinco años.
Estas diferencias, según detalla el último análisis de la Universidad de Turku (Finlandia) y publicada en Human Brain Mapping, se observan en cambios en el desarrollo de la sustancia blanca del cerebro, que sirve de comunicación entre las distintas partes del órgano conservado en el cráneo. Sus resultados coinciden con los de estudios anteriores, que han venido mostrando que son las mujeres quienes presentan un adelantado desarrollo cerebral.
«Hemos observado diferencias de sexo en la microestructura de la sustancia blanca de niños de cinco años que, a la luz de la bibliografía anterior, pueden ser una característica transitoria durante el desarrollo del cerebro», dice la autora Venla Kumpulainen. No obstante, asegura que «se necesitan más investigaciones para examinar si estos hallazgos se asocian con diferencias cognitivas y emocionales en el desarrollo entre niñas y niños».
A la rápida maduración de la sustancia blanca de los primeros años de vida le sigue un desarrollo más lento pero duradero, acompañado del aprendizaje de habilidades más elaboradas. A la edad de cinco años, aparecen diferencias conductuales y cognitivas entre mujeres y hombres, y funciones asociadas a la lateralización cerebral, como las habilidades lingüísticas.
Para investigar las características normales del desarrollo de la sustancia blanca durante la primera infancia, los investigadores recopilaron datos de 166 bebés sanos que tenían media de 3,8 semanas de vida (en un rango de 2 a 5 semanas), entre los que había 89 varones; y 144 niños sanos, de cinco años, entre los que se comprendieron 76 varones.
El equipo de Kumpulainen estudiaron las diferencias de sexo, los patrones de lateralización y los cambios dependientes de la edad mediante estadísticas espaciales basadas en tractos (TBSS). Y así fue como las niñas mostraron una mayor anisotropía fraccional (un biomarcador numérico) en todas las regiones mientras que no se detectaron diferencias de sexo en los lactantes.
En definitiva, el estudio concluye que el rápido aumento de la integridad de la sustancia blanca, es decir, el aumento de los valores de anisotropía fraccional, se produce durante los primeros cinco años de vida. En ese momento del desarrollo, se observan amplias diferencias de sexo en la estructura de la sustancia blanca: se detecta una mayor anisotropía y, por lo tanto, presumiblemente un desarrollo más avanzado en múltiples regiones en las mujeres en comparación con los hombres.
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