La guía para afrontar una separación amistosa y prevenir secuelas emocionales en los hijos
Según el Instituto Nacional de Estadística, en el año 2021 hubo más de 86.000 divorcios, un 12,5 % más que el año anterior
El malestar del niño se puede manifestar en forma de:
- Problemas emocionales: irritabilidad y llanto o incluso cuadros de ansiedad y depresión.
- Somatizaciones: que pueden ser de tipo gastrointestinal (vómitos, diarrea, estreñimiento, gastralgia), neurológico (tics nerviosos, balanceo, regresión en el neurodesarrollo), dermatológico (eccema, aftas, empeoramiento del acné). Será el profesional médico el que valorará si la afección es física o es una somatización.
- Problemas de comportamiento: desobediencia, agresividad, consumo de tóxicos.
- Trastornos de eliminación: enuresis, encopresis, sobre todo en los niños más pequeños.
- Trastornos del sueño: tanto de iniciación como de mantenimiento.
- Accidentes: mayor propensión a sufrirlos debido tanto a la falta atencional que se observa cuando hay problemas emocionales, como por una conducta impulsiva que suele haber cuando hay problemas de comportamiento.
Cómo ayudar a una familia
Desde el Comité recomiendan
- Reconocer que la ruptura de los padres es algo real, de lo que no son responsables, pero ya forma parte de su vida, y que en la mayoría de los casos es algo permanente, por lo que ningún sacrificio personal puede cambiar la situación.
- Aceptar la ausencia de uno de los progenitores, si es el caso, y renunciar a la idea de una familia unida, haciendo hincapié en que ambos seguirán siendo sus padres, proporcionándoles cuidados y protección, y que no tienen que elegir entre uno de ellos.
- Superar los sentimientos de culpa, resentimiento y reproche hacia uno o ambos padres. Hacerles saber que son normales esos sentimientos y que estarán a su lado para ayudarles a superarlo.
- Ayudarles a aceptar los cambios debido a la ruptura familiar, como cambiar de casa, barrio o incluso población.
- Compartir con ellos que los padres se amaban cuando fueron gestados y que ellos son producto de ese amor; y aunque ya no haya amor entre sus padres, a ellos siempre les querrán.
- No implicar a los hijos en los conflictos existentes entre ambos padres, pues no deben actuar de intermediarios en los problemas que puedan tener.
Decálogo para ayudar a los hijos
- Hay que tener presente que los hijos no son propiedad de nadie. Los padres son responsables de cuidarlos y procurar su bienestar físico, psicológico y social.
- No hacer que los hijos hagan de mensajeros. Los padres, aunque se lleven mal, tienen la obligación de comunicarse entre ellos por el bien de sus hijos.
- Ambos padres tienen la obligación de hablar con todos aquellos profesionales que ayuden, traten o asistan a sus hijos (profesores, médico, psicólogo, etc.). Es importante que el hijo vea que ambos padres se preocupan por su bienestar.
- Los hijos no deben ser utilizados como instrumento para hacer daño a otras personas.
- Los hijos necesitan que alguien los escuche, necesitan comprobar que sus sentimientos importan.
- A los niños les duele cuando se habla mal de sus padres. Imagínate lo mucho que duele cuando lo hace la otra persona más importante de su vida.
- En una separación o divorcio, los hijos son los más vulnerables. Ellos son los protagonistas inesperados. Evita tomar decisiones inmaduras, absurdas y/o ridículas por razones de orgullo.
- Muestra interés por tu hijo preguntándole si se lo ha pasado bien con tu ex. No olvides que el otro es el padre/madre de tu hijo. Controla las emociones negativas y no hagas que tu hijo participe de tu rencor.
- El título «papá» y «mamá» lo ponen los niños. Haz méritos para ello, debes estar presente en la vida de tus hijos y no te enfades si utiliza estos términos con la nueva pareja de tu ex.
- Una separación o divorcio es un evento muy estresante por lo que los padres pueden necesitar ayuda, tanto o más que los hijos. No hay que dudar a la hora de buscar ayuda de un profesional.