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Carly Wesson y Carl Everson, una de las parejas que decidió abortar tras un diagnóstico incorrecto

Carly Wesson y Carl Everson, una de las parejas que decidió abortar tras un diagnóstico incorrectoLife News

Dos parejas decidieron abortar tras un diagnóstico erróneo en un mismo hospital de Reino Unido

Tan solo seis semanas después del aborto, les convocaron a una supuesta consulta de seguimiento en la que les confirmaron que su hija, ya muerta, no padecía ninguna anomalía cromosómica

Durante el embarazo de Carly Wesson, en la ecografía rutinaria de las 12 semanas, a ella y a su marido, Carl Everson, se les informó de que la probabilidad de que el bebé naciera con síndrome de Down era alta. Tras las pruebas genéticas que les ofrecieron, un muestreo de vellosidades coriónicas, les confirmaron que los resultados mostraban que la niña tenía síndrome de Patau, una enfermedad rara que suele provocar abortos espontáneos, muerte fetal o graves complicaciones después del nacimiento.

A pesar de preguntar si otras pruebas podrían mostrar un diagnóstico distinto, la pareja decidió abortar, pensando que el bebé estaba sufriendo. Les avisaron de que, de nacer, necesitaría muchos cuidados, aunque quizá ni siquiera sobreviviese al embarazo. Tan solo seis semanas después del aborto, les convocaron a una supuesta consulta de seguimiento. «Sus resultados han cambiado», recuerda Wesson que les dijeron en conversación con la BBC. La prueba había sido defectuosa. Su hija no tenía ninguna anomalía cromosómica.

Preguntaron si la niña habría podido sobrevivir y lo que les respondieron les dejó «profundamente dolidos». «Bueno, podrían haber abortado de todas formas», les dijeron. «Nuestra hija debería estar aquí», comenta la madre de la que apodaron Ladybird.

El hospital donde ocurrieron estos hechos en 2019, el Nottingham University Hospitals NHS Trust, está siendo actualmente investigado por la atención a la maternidad. No obstante, ellos defienden que sus profesionales se esforzaron por brindar un servicio «compasivo y profesional».

Dos años antes, otra familia que desea permanecer en el anonimato también decidió poner fin a su embarazo tras recibir un diagnóstico incorrecto. Tras una ecografía, les remitieron a un especialista en cuidados fetales tras observar un desarrollo anormal. A esta pareja, les informaron de que era probable que el bebé padeciera una enfermedad que limitase su vida y que esta era hereditaria. Como esta era de origen hereditario, ambos padres se sometieron a pruebas genéticas para ver si eran portadores.

Aunque les prometieron resultados rápidos, varias semanas después les llamaron desde el hospital para decirle que tenían menos de 24 horas para decidir si ponían fin al embarazo. Solo quedaba un día para las 24 semanas, el límite legal apara un aborto en Reino Unido. La pareja decidió abortar tras recibir el consejo de los médicos, quienes les dijeron que el bebé moriría poco después del nacimiento o que padecería una enfermedad terminal. La autopsia del feto reveló que no padecía ninguna enfermedad.

La matrona Donna Ockenden está liderando la investigación al hospital que el sistema sanitario del Reino Unido inició en 2022 por los problemas relacionados «con la calidad y la seguridad de los servicios de maternidad en Nottingham University Hospital y las preocupaciones de las familias locales». Para llevar a cabo este análisis se ha contado con médicos y matronas experimentados que no guardan relación con el centro sanitario donde estos hechos han sucedido.

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