Fundado en 1910
Hay razones psicológicas y evolutivas tras la insistencia de las abuelas a repetir

Hay razones psicológicas y evolutivas tras la insistencia de las abuelas a repetirPexels

La «teoría de la abuela»: la ciencia descubre por qué las mujeres mayores insisten en servirte más comida

El cariño servido en plato hondo, convertido casi en un meme para las nuevas generaciones, tiene una explicación psicológica e incluso evolutiva que ha sido apuntada por varias investigaciones recientes

La escena es tan cotidiana que se ha convertido casi en un meme para las nuevas generaciones e incluso una popular cadena de comida rápida ha promocionado una hamburguesa de tres pisos con el eslogan «La que te pondría tu abuela si trabajase aquí». Que a las abuelas siempre les parezca que sirven poca comida a sus nietos y les animen a comer más –«¿te has quedado con hambre? ¿te hago un postre?», como parodia el spot de la hamburguesa– es una experiencia tan común que varios investigadores se han preguntado si, más allá de una expresión de amor, hay algún tipo de explicación psicológica detrás de ese comportamiento. Y la respuesta es, como no podía ser de otro modo, que hay razones... en abundancia.

Herramienta psicológica de afecto

Un reciente estudio publicado en Springer Nature, e incluido en el repositorio médico de Estados Unidos PubMed, ha examinado la influencia de los abuelos en la salud alimentaria infantil. Y ha constatado cómo los abuelos perciben la alimentación como una «herramienta prioritaria» para expresar el afecto, «contrarrestar las estrictas normas de los padres» y mantener vivas las tradiciones familiares.

El estudio, desarrollado por dos investigadores de la Facultad de Ciencias Psicológicas de la Universidad de Melbourne, en Australia, encontró que las abuelas, en particular, perciben la alimentación como una de las formas en las que aún son capaces de ejercer el cuidado de los más pequeños y fortalecer los lazos familiares. Además, cuando los nietos dejan que ellas les sirvan una comida más abundante, o que les preparen ciertos platos laboriosos a pesar del engorro que les pueda suponer, las abuelas experimentan un alto grado de satisfacción por la liberación de endorfinas y dopamina.

Riesgos para la salud y peleas familiares

Esta práctica, sin embargo, aunque bien intencionada, puede tener negativas implicaciones en la salud de los nietos. Más allá del empacho momentáneo o de coger algún kilo a base de torrijas, croquetas o doble carga en el cocido, el estudio incluía que la propensión que demuestran los abuelos a ofrecer dulces y golosinas a sus nietos puede alterar «los estándares saludables de nutrición» de los menores.

Además, al extender el análisis a las reacciones de los padres, encontraron que esta costumbre deriva en «un alto porcentaje de conflictos familiares», ya que «los padres percibieron los comportamientos indulgentes de los abuelos como un obstáculo para la crianza saludable de sus hijos».

Influencia cada vez mayor

Con un matiz de relevancia: el impacto de los abuelos en la dieta de los niños es cada vez mayor, y puede estar asociado a una realidad de origen multifactorial que ha conducido al incremento de casos de sobrepeso y diabetes en menores.

«La mayor participación materna en la mercado laboral, y la menor asequibilidad, disponibilidad y flexibilidad de las condiciones necesarias para el cuidado infantil, contribuyen a que, a nivel mundial, haya aumentado la participación de los abuelos como cuidadores secundarios, e incluso primarios, de sus nietos», apunta el estudio.

Factores culturales y evolutivos

La tendencia de las abuelas a ofrecer comida en abundancia también tiene raíces culturales e incluso evolutivas. Otro estudio, publicado por la Society for Nutrition Education and Behavior, concluye que, en casi todas las culturas, las abuelas desempeñan un papel socialmente admitido en la transmisión de conocimientos a través de las prácticas alimentarias.

Y que, por tanto, esa tendencia a servir mucho en el plato de sus nietos no sólo tiene que ver con las carencias que ellas mismas pudieron sufrir en el pasado, sino con un deseo inconsciente de legar a las nuevas generaciones un futuro más próspero.

La «hipótesis de la abuela»

Este comportamiento podría estar relacionado con la llamada «hipótesis de la abuela». Esta teoría evolutiva sugiere que la humana (como ocurre también con los elefantes) es una de las pocas especies en que las hembras pierden por completo la capacidad reproductiva a partir de la mediana edad, a riesgo de perjudicar la perpetuación de la especie por reducir el número de individuos, para, sin embargo, facilitar la supervivencia del grupo.

El motivo de esta aparente contradicción es que estas hembras mayores pueden dedicarse al cuidado o protección de las crías y de los individuos enfermos, mientras las hembras más jóvenes paren o se dedican a otras labores.

Además, esta teoría apunta que las hembras de las especies con el cerebro más desarrollado –humanos, elefantes y primates– permiten la transmisión de conocimientos relevantes para el bien de su grupo. Conocimientos que van desde las rutas migratorias que conducen a fuentes de agua, en el caso de los paquidermos... hasta platos tradicionales, nutritivos y elaborados con todo cariño, que conectan a los nietos con las raíces familiares (y les proporcionan, además, alimentos mucho más ricos que cualquier hamburguesa de tres pisos de comida rápida).

comentarios
tracking