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Un hombre frente al ordenador juega a videojuegos durante la inauguración del festival DreamHack Valencia 2023

Un hombre frente al ordenador juega a videojuegos durante la inauguración del festival DreamHack Valencia 2023EP

'Gaming' en pareja: cómo evitar que los videojuegos lleven al «Game over» a tu matrimonio

Cada vez más parejas jóvenes reconocen que uno, o ambos cónyuges, juegan a videojuegos. Los expertos alertad de los riesgos que entraña que el 'gaming' se asiente entre los matrimonios, aunque también puede tener efectos positivos

Los videojuegos ya no son cosa de niños. Cada vez son más los adultos jóvenes, criados y crecidos en el entorno digital, que llegan al matrimonio con una videoconsola debajo del brazo. Un comportamiento que, aunque según los expertos puede esconder una cierta «infantilización» que ponga en peligro la unión conyugal, también tiene muchos más efectos positivos de los que a priori parece.

Una industria al alza en España

Según el último anuario de la Asociación Española del Videojuego (AEVI), cerca de 20 millones de personas juegan a este tipo entretenimiento en España. Una industria que ya supera los 2.000 millones de euros anuales, y creciendo.

El retrato robot del usuario medio se aleja de los estereotipos del chico adolescente a un mando pegado. Con un porcentaje cercano al 50 % entre hombres y mujeres, y una media de 7,42 horas a la semana por cada jugador, la incidencia por franjas de edades es más que sorprendente: según AEVI, el 60 % de los adultos de España entre 25 y 34 años, el 42 % de todos los españoles de entre 35 y 44 años, y algo más del 31 % de los adultos entre 45 y 64 años se entretienen con los videojuegos.

Y, como es natural, este uso tan extendido tiene su impacto en la familia y en el propio matrimonio... que no es tan negativo como algunos podrían pensar.

Beneficios del 'gaming' en pareja

La popularidad y expansión de los videojuegos ha ampliado, cada vez más, la población de muestra sobre la que los expertos llevan décadas analizando la relación entre videojuego y matrimonio. Así, ya en 2012, un estudio realizado por la Universidad Brigham Young analizó cómo los videojuegos, en concreto los multijugador masivos online, afectan a las relaciones matrimoniales.

Y los resultados mostraron que pueden ser un factor de unión en la pareja, con una condición: que ambos jueguen juntos o, al menos, compartan la pasión por esta actividad. En esos casos, el 76 % de las parejas que jugaban juntas reportaron efectos positivos en su relación, en especial la fluidez y mejora de la comunicación, la valoración general de su satisfacción marital e incluso una mayor complementariedad sexual.

Asimismo, otro estudio reciente de la Universidad de La Laguna, en España, exploró el uso terapéutico del videojuego cooperativo (en concreto, el popular It Takes Two) en parejas jóvenes adultas. Los resultados indicaron que este tipo de juego conjunto mejoró la comunicación, dio fortaleza a la cooperación e incrementó la resolución de conflictos entre los participantes. Algo que, incluso, llevó a los autores a sugerir su uso potencial como herramienta útil en las terapias de pareja.

Un «Game Over» para la pareja

Pero no todo es de color de rosa para los matrimonios de gamers. Un uso excesivo, desordenado o desacompasado de videojuegos puede tener efectos muy negativos en las relaciones de pareja, e incluso conducirlas al «Game Over» de su matrimonio.

Un equipo multidisciplinar de expertos de varias universidades norteamericanas publicó un estudio en ResearchGate que confirmaba que el gaming excesivo propicia el individualismo y el aislamiento de los jugadores, aumenta el conflicto y la agresividad en las relaciones, e incluso puede inducir a ciertos tipos de infidelidad.

El propio estudio de la Universidad de Brigham Young que exponía las bondades de los videojuegos en pareja reconocía también que al 75 % de los jugadores casados les gustaría dedicar menos tiempo a ese ocio en pantallas para dedicárselo a su cónyuge.

Además, otra investigación de la Universidad Estatal de Utah, publicado en el Journal of Family Economic Issues y recogido incluso por la popular revista Glamour, reveló que las discrepancias en los hábitos de juego de los cónyuges «pueden relacionarse positivamente» con un aumento de los conflictos, un progresivo distanciamiento de la pareja, y una creciente infelicidad personal de los esposos. Incluso, está relacionado con la inestabilidad matrimonial y la propensión al divorcio o a la separación.

«Pasar de pantalla»... en la vida real

Los expertos coinciden en que, cuando se habla de videojuegos, las normas para su uso no deberían ser muy diferentes entre adultos y niños. Y no solo porque pueda darse una «infantilización» que derive en una madurez afectiva, sino porque los mejores remedios son útiles para ambas franjas de población.

Establecer límites de tiempo para el gaming, fomentar las actividades alternativas para equilibrar el tiempo ante las pantallas; evitar a toda costa partidas nocturnas frecuentes que afecten al ritmo circadiano del sueño; jugar en pareja o en presencia del cónyuge; y propiciar otros momentos offline de convivencia y comunicación son algunas de las pautas para gamers más recomendadas por la Asociación Americana de Psiquiatría.

Así, para que los matrimonios jóvenes puedan ir superando pruebas y «pasando de pantalla» en la vida real, los videojuegos pueden ser una ayuda... pero solo si los esposos se comprometen a cuidar su amor por encima de cualquier «recompensa aleatoria».

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