Jóvenes estudiantes en una biblioteca
El 40 % de las familias no ha hablado «nunca o casi nunca» de educación sexual con sus hijos, según un estudio
Otro 40 % de las familias, sobre todo las menores de 40 años, critican que la forma en que los centros escolares abordan en España la formación afectivo-sexual es «de carácter ideológico» y no ofrece una «visión integral»
Cuatro de cada diez familias en España no ha hablado de educación sexual con sus hijos «nunca o casi nunca». ¿El motivo? Que estas conversaciones se posponen tanto en el tiempo que, cuando se quieren abordar, los padres se topan con el freno de la vergüenza de sus propios hijos (37,6 %), la percepción de que aún es muy joven (25,9 %) e, incluso, el desconocimiento de los contenidos adecuados a su edad (21,7 %).
Así se desprende del estudio Educación sexual en las familias españolas. Estrategias educativas sexoafectivas para la prevención de la violencia de género, realizado por el Centro Reina Sofía con el apoyo del Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030.
Se trata de un informe que analiza las prácticas, actitudes y percepciones que los padres y madres tienen sobre la educación afectivo-sexual que reciben sus hijos.
Y aporta también un dato llamativo: a pesar de la falta de implicación de los padres en este ámbito, la inmensa mayoría de los encuestados (el 90,1 %) considera que es importante hablar abiertamente de sexualidad con sus hijos e hijas, y un 77,1 % cree que tiene conocimientos suficientes para hacerlo.
Además, a más de 8 de cada 10 padres y madres (83,9 %) les preocupa que sus hijos se informen en el ámbito de la sexualidad sobre todo en Internet, a pesar de que reconocen que, en sus conversaciones familiares sobre afectividad, deja fuera temas como la pornografía, las prácticas sexuales o la sexualidad online.
Educación sexual «escasa e ideológica»
Otra de las paradojas que refleja el informe es que la mayoría de progenitores valora positivamente la educación sexual que han recibido sus hijos en el centro educativo... pero sólo cuatro de cada diez califican bien la educación sexual reglada en España.
Una diferencia entre la «percepción general» de la educación afectivo-sexual y las experiencias particulares de cada familia, que centra sus críticas en la «falta de profesionales cualificados», la «escasez de contenidos» y su «carácter ideológico» y la dificultad para ofrecer una educación sexual «verdaderamente integral». De hecho, un 22,6 % afirma que no aborda suficientemente aspectos psicológicos, sociales, afectivos y éticos.
Además, casi un 40 % de los padres cree que debería «poder vetar contenidos» de educación sexual en los contenidos educativos; y un 36,9 % lo piensa en el caso de contenidos sobre violencia de género.
Un planteamiento que los impulsores del estudio han querido ubicar ideológicamente, y que coincide más con los «progenitores menores de 40 años (49,6 %), de ideología de derechas (59,7 %), de alta religiosidad (56,4 %) y con hijos e hijas en centros privados o concertados (45 %)».
Diferentes peligros para chicos y chicas
Un aspecto clave del estudio es «el sesgo de género» en la forma en que las familias perciben los «riesgos» vinculados a la vivencia de la sexualidad. Así, entre quienes tienen hijas, la preocupación se centra en que puedan sufrir violencia sexual (35,8 %), acoso sexual (34,9 %), violencia por parte de su pareja (31,3 %) o un embarazo no deseado (24,1 %).
En cambio, entre quienes tienen hijos varones, las preocupaciones se centran en el mal uso de anticonceptivos (40 %), el riesgo de contraer una ITS (30,9 %) o la adicción al sexo o a la pornografía (23,2 %) Concretamente, este último factor adictivo llega a estar más de 15,5 puntos porcentuales entre los padres de chicos que entre los padres de chicas.
Para la directora general de Fad Juventud, Beatriz Martín Padura, «los datos muestran una brecha clara entre lo que las familias piensan y lo que finalmente hacen».
«Sabemos que la educación sexual protege, previene riesgos y mejora el bienestar, pero demasiadas veces se deja en manos del silencio o de internet. España necesita una educación sexual integral, con profesorado formado y familias acompañadas, para que nadie sienta que está solo ante esta responsabilidad», añadió Martín en la presentación del informe.