Boris Becker, el pasado viernes antes de entrar en el juicio
El nuevo hogar de Boris Becker: una cárcel desbordada por las drogas e infestada de roedores
El extenista alemán ha sido condenado a dos años y medio de cárcel por alzamiento de bienes al considerar probado que ocultó activos y préstamos por valor de casi tres millones de euros para evitar pagar sus deudas
Boris Becker ya presentía todo lo que le iba a venir encima días antes de que la Justicia británica le condenase a dos años y medio de cárcel por alzamiento de bienes al considerar probado que ocultó activos y préstamos por valor de casi tres millones de euros para evitar pagar sus deudas. Se despidió de sus amigos y familiares temiéndose lo peor. Y así ha sucedido. Los próximos meses, el extenista alemán vivirá en la prisión de Wandsworth (Londres).
Construida en 1851, se trata de una prisión de categoría B, hecha para aquellos reclusos que representan un riesgo para el público pero que pueden no requerir la máxima seguridad. Antaño fue una de las más importantes y grandes del país, pero en la actualidad ni siquiera cumple con las mínimas condiciones de salubridad.
Fachada de la prisión de Wandsworth
Un reciente informe de Instituciones Penitenciarias la califica como una de las peores de Reino Unido. Está desbordada por el abuso de drogas y la violencia continuada, además del problema de superpoblación, con más de 1.300 reclusos que se pasan 22 horas al día encerrados en sus celdas.
Existen también denuncias de corrupción del personal y algunas pruebas que indican que son los que introducen las drogas en el interior de la prisión victoriana. Un informe de la BBC reveló que no se hacían escáneres corporales, lo que permitía la entrada de sustancias prohibidas y otro tipo de cosas para trapichear entre los presos.
La prisión, además, está plagada de insectos y roedores que hacen más difícil la estancia. Por todo ello no es raro que hubiera seis suicidios en Wandsworth en el año 2015. Chris Atkins, un reconocido periodista inglés que fue encarcelado por fraude fiscal en 2016 y llevado a la citada prisión, escribió el libro A Bit of a Stretch, en el que describe el horror que se vive allí.
Después de haber saboreado la gloria deportiva y haber vivido rodeado de lujos, al alemán le costará mucho adaptarse a su nuevo hogar, en el que previsiblemente estará 15 meses –ahí podría acceder a un régimen de libertad condicional–. Curiosamente se encuentra a tan solo cuatro kilómetros de distancia de Wimbledon, la que un día fue su casa.
Comentarios
