Iker Casillas
Las cifras que acreditan la caída social de Iker Casillas
Desde su divorcio de Sara Carbonero, el exportero del Real Madrid ha visto cómo la sociedad le castigaba por sus comportamientos, especialmente en redes sociales
Atrás quedó la imagen de San Iker que se ganó con sus estratosféricas actuaciones bajo las porterías del Real Madrid y de la Selección Española de fútbol. La imagen social de Iker Casillas ha caído en picado y hay dos puntos de inflexión en este descenso. Por un lado, su retirada y posterior divorcio de Sara Carbonero. Por el otro, la gestión que últimamente está haciendo de sus redes sociales. Ambas han penalizado al que fuera arquero artífice de la novena copa de Europa del conjunto blanco.
Sobre Casillas pesa considerablemente los desconcertantes últimos mensajes que ha colgado en su perfil oficial en Twitter. Aún colea su forzada salida del armario a principio del recién extinguido mes de octubre: «Espero que me respeten: soy gay», escribió. Un tuit que obtuvo la irónica respuesta de Carles Puyol: «Es el momento de contar lo nuestro, Iker». El madrileño dijo haber sido víctima de un hackeo pero gran parte de sus seguidores no terminaron de creerse ese argumento, puesto que la línea editorial y aspecto del tweet seguía la pauta de los que acostumbra a escribir Iker. Sea como fuere, el escrutinio público era ya inevitable.
Iker Casillas y Sara Carbonero
Nada mejor que echar un vistazo a algunos datos para darse cuenta de cómo ha menguado la buena imagen del exmarido de Sara Carbonero. El digital Look ha publicado un informe, elaborado con argumentos de diferentes expertos en gestión y posicionamiento de redes sociales, que es realmente demoledor hacia la figura del excancerbero. La respuesta más llamativa se produce al asegurar que «es muy complicado gestionar el aburrimiento», aludiendo a éste como principal motivo del uso de redes que hace Casillas desde su retirada.
¿Por qué se comporta así? «Él se siente perfecto porque cree que es perfecto. Se piensa el ejemplo de persona a la que imitar. Comete errores desde la libertad que tiene tras su retirada y se cree que está amparado por su poder. Un poder que sigue teniendo ante las marcas y las empresas porque comparten sus valores. A pesar de las barbaridades que pone no le afecta nada más que a su reputación, pero no va a cambiar en nada porque siguen apostando por él», argumenta el social media manager, Marc Florensa.
Con su retirada comenzó el abismo: «Desde que terminó su carrera lo que alteró su imagen fue su separación, que, a día de hoy, tras tres nuevas tomas de datos, vemos que viene recuperándose lentamente, pero sin volver al dato de los años anteriores. Si durante 2019 y 2020 veíamos que mantenía un 75% de consumidores que le daban valoraciones muy positivas, en mayo 2021 cae a un 60%», explica Santiago de Mollinedo (Personality Media).
Resulta especialmente destacable que el sector social que lo llevó a los altares en imagen pública ha sido el mismo que lo ha despeñado por el precipicio: «Si buscamos que parte de la población fue donde hubo mayor caída, fue en las mujeres y en concreto en las mayores de 46 años, que, si bien fueron las que más se acercaron al deportista durante su enfermedad, con datos muy buenos durante el 2020, son los que más le castigaron en las fechas cercanas a su separación», zanja Mollinedo.
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