Carlota Casiraghi, Andrea Casiraghi, Tatiana Santo Domingo, la Princesa Alexandra de Hanover, Ben Sylvester Strautmann, Pierre Casiraghi y Beatrice Borromeo, durante el Baile de la Rosa
Crítica de moda
Un Baile de la Rosa 'kitsch' y circense
El estilo Bollywood y la ausencia de coordinación fueron la tónica de la noche
El encanto personal y elegancia de una familia de conocidas mías se vino abajo de repente cuando desapareció la mater familias. Jamás hubiéramos pensado que una ristra de estupendas señoras de varias generaciones y físicos pasaran de ir impecables y recibir como los ángeles al pastiche actual.
Lo mismo parece haber ocurrido progresivamente con la muerte de Grace Kelly, que en su día aportaba encanto chic y se dejaba asesorar por profesionales de Hollywood para montar 'pollos' elegantes con ocasión de cada sarao. El Baile de la Rosa, este año inspirado en Bollywood, ha dejado en la cuneta el estilo, lo coordinación y la antaño mano mágica de los Mónaco.
A Charlene, entre eternos rumores de divorcio, no se la vio por ninguna parte, lo cual no supuso gran pérdida a nivel de estilismo y elegancia. Carolina de Mónaco acompañó a su hermano Alberto a presidir el evento con un vestido plateado de Chanel, of course, que hubiera quedado mejor más largo. Ni parecía de Chanel, ni el peinado –arreglao pero informal con un sí pero no de canas– le favorecía. ¡Qué imágenes quedan en nuestra retina de las décadas en las que era un icono de estilo mundial! Normal, el tiempo pasa para todos.
Carlota Casiragui, durante la alfombra roja del Baile de la Rosa
Carlota Casiraghi, de Chanel –previo pago– de corte recto estilo años 20 y con plumas en el bajo de la falda, salvaba como siempre la foto. Es tan guapa que mucho tiene que fastidiarla para quedar mal. Beatrice Borromeo, gran favorita, iba de Dior porque está en nómina. Eso resta interés al asunto. Pero el atuendo recordaba peligrosamente a los de Dolce&Gabbana de las últimas temporadas, con tocado de flores incluido. En Dior, Maria Grazia Chiuri mezcla una ensalada de estilos que nada tienen que ver entre sí. Si Monsieur Dior la pesca en el purgatorio el día de mañana, la escamonda.
Alexandra de Hannover, la pobre a régimen estricto en los últimos años y tras perder más de 18 kilos, o eso dicen, comienza a mostrar una espalda famélica sin que ello añada a su porte altura, belleza o empaque. Su cuñada Tatiana Santo Domingo fue la mejor vestida junto a Carlota, con un atuendo recto, plateado y sencillo que le favorecía enormemente por su sencillez. Los Casiraghi, Andrea y Pierre, de rechupete como siempre.
Stephane Bern, Zouleika Penniman, Christian Louboutin, el Príncipe Alberto II de Monaco, la Princesa Carolina de Mónaco, Mika y Yori Bailleres
El nuevo invitado permanente desde que falleció Lagerfeld es Christian Louboutin, que escoge siempre un atuendo extraño con sombrero arabizante para tapar la calva. Hizo entrada en la fiesta con chaqueta de exquisita factura y estilismo bollywoodiense pero con las manos en los bolsillos todo el tiempo, cerca de su sempiterno Mika, el famoso cantante del que no se separa desde hace más de dos años.
En general, y por mucho que la fiesta sea para recaudar dinero, este sarao promocional del Principado empieza a carecer de elegancia y puede presumir de una total falta de coordinación en el vestuario de los mismísimos organizadores. La idea de Bollywood quizás era más arriesgada de lo que parecía: en la India bordan ese estilo recargado y cinematográfico que ellos mismos han inventado, pero en Montecarlo ha sido un pastiche.
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