Ernesto de Hannover, en Ibiza
Las accidentadas vacaciones de Ernesto de Hannover en Ibiza
Una bronca en el aeropuerto de la isla ha obligado a intervenir a su novia
Las vacaciones de Ernesto de Hannover no han empezado de la mejor forma. El pasado viernes aterrizó en el aeropuerto de Ibiza acompañado de su novia, Claudia Stilianopoulos. Todo iba bien hasta que tuvo un encontronazo con un empleado y se dirigió a él de malas formas, hablando alto y haciendo gestos.
Los hechos sucedieron en una zona cercana a la puerta de embarque y algunos testigos aseguran que Ernesto de Hannover no fue educado y su aspecto descuidado llamó la atención de todos. La mala fama le precede y sus sucesivas polémicas no ayudan a cambiar esta tendencia. A sus 69 años, sigue protagonizando sonados revuelos.
Mediación de su pareja
Testigos que presenciaron el incidente aseguran que la actitud de Claudia Stilianopoulos era muy diferente a la de su novio. Ella guardó las formas en todo momento e intentó calmar a Ernesto para que el escándalo no fuera a más. Incluso habló con el personal del aeropuerto para solucionar rápido aquello que le había molestado tanto al alemán.
Ernesto de Hannover y Claudia Stilianopoulos
Este tipo de gestos demuestran que la relación entre Claudia y Ernesto funciona a la perfección. No tienen problemas y se complementan bien, a pesar de que el entorno de ella nunca haya apostado por este amor, puesto que el alemán sigue siendo legalmente el marido de Carolina de Mónaco, de la que lleva años separado, pero sin ningún trámite realizado.
Protagonista inesperada
El incidente que ha protagonizado Ernesto de Hannover en el aeropuerto de Ibiza ha situado a su novia en el centro de la noticia. No es la primera vez. De hecho la prensa no se hizo eco de su presencia hasta que empezaron a salir juntos.
Los hijos de Pitita Ridruejo y Mike Stilianopoulos siempre han mantenido una discreta relación con la prensa. De Claudia no se supo nada hasta que Ernesto se cruzó en su camino. Desde entonces se habla de ella porque está presente durante los altercados que salpican al alemán. Este último apenas tiene contacto con su familia, solo habla puntualmente con Christian, el menor de sus hijos. Está casado con Sassa de Osma y viven juntos en Madrid.