
Carlos III y Camila, en una imagen de archivo
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De apagar la calefacción a comprar en IKEA: los trucos para ahorrar dinero de la monarquía británica
La Reina Isabel II caminaba por las noches por el Palacio de Buckingham apagando las luces que habían quedado encendidas mientras que su hijo, Carlos III, es conocido por guardar las sobras de comida para no desperdiciar nada
Si algo caracterizó la entrada de Carlos III como Rey de Inglaterra fue la reducción de gastos que llevó a cabo en la monarquía británica tras la muerte de su madre. No obstante, tenía una buena maestra, y es que la Reina Isabel II también fue muy reconocida por sus medidas ahorrativas en el palacio de Palacio de Buckingham. Una de sus técnicas más populares era la de apagar las luces en habitaciones que no había nadie, pero este solo era uno de los trucos de una larga lista que la Monarca utilizó durante su reinado. Y tal fue su cuidadosa forma de economizar el dinero que en la actualidad sus sucesores siguen su estela, y mientras que su hijo guarda las sobras, los Príncipes de Gales compran en IKEA.
A pesar de las numerosas propiedades y las abultadas cuentas de la Familia Real británica, Isabel II estaba tan preocupada por ahorrar en electricidad que caminaba de noche por los pasillos de Buckingham apagando las luces de las habitaciones. Así lo asegura el tabloide Daily Mail, que revela que la que fuera Reina de Inglaterra ordenó colocar carteles por todo el Palacio con el imperativo, a todos los miembros del personal, de que se apagaran las luces «no deseadas». Y esta obsesión parece haber pasado también a su hijo, el Rey Carlos III. Según desveló el Príncipe Harry, su padre era una persona «muy rigurosa» en este sentido.
Quizá este carácter ahorrativo venía heredado de la Reina María, bisabuela del Rey, la cual solía reutilizar las flores que tenía en los jarrones. Además, Carolyn Robb, cocinero del Palacio entre 1989 y 2000, confirmó que la Familia Real británica insiste en guardar las sobras para reutilizarlas y que, concretamente, el Rey Carlos III procura dejar claro que se sirva solo la cantidad de comida que desea tomar para no tener que desperdiciar nada. Y es tal el compromiso que tiene el Monarca con este tema, que ha anunciado que, en su próximo cumpleaños, el 14 de noviembre, lanzará una iniciativa contra el desperdicio de alimentos para proporcionar comida a los más necesitados.
En cuanto a la calefacción de Buckingham en los días más fríos, la Reina Isabel II optó por calentar solo algunas de las 775 habitaciones del Palacio de manera individual con radiadores eléctricos y dejar el resto sin ningún tipo de calor. Al parecer, su padre, el Rey Jorge VI, apenas se molestó en calentar este espacio, lo que llevó a Eleanor Roosevelt, primera dama de Estados Unidos de 1933 a 1945, a quejarse por las corrientes de aire heladas que sintió durante su estancia en el mismo.Y esta campaña de ahorro se extiende en todos los sentidos. Según cuenta la historiadora Kate Williams su libro Young Elizabeth: The Making Of Our Queen, la madre de Carlos III guardaba papel de regalo para poder reutilizarlo mientras que el armario del Monarca está lleno de prendas con remiendos. Él mismo reconoció que odia tirar «cualquier cosa», por eso prefiere reparar sus zapatos o su ropa antes que tener que tirarlos a la basura.
Por su parte, la Princesa Ana es muy conocida por guardar prendas antiguas y reutilizarlas, algo que la Princesa de Gales, Kate Middleton, ha tenido muy en cuenta desde su ingreso en la Corona británica y no es nada extraño verla lucir modelos repetidos y utilizar prendas asequibles de firmas como Zara. De hecho, se ha visto al Príncipe William y a su esposa viajar en vuelos regulares y en 2018, durante una visita al Museo Nacional de Arquitectura y Diseño de Estocolmo, la pareja aseguró a Marcus Engman, jefe de diseño de IKEA, que el Príncipe George y la Princesa Charlotte tenían muebles de esta tienda en sus dormitorios.