El presidente del Gobierno en la entrada principal del palacio de la Moncloa
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Así es la Moncloa por dentro tras la reforma que hizo Sánchez
Un espacio muy cómodo y lujoso, que se ha ido remodelando a lo largo de los años
En 1977, durante la Transición Española hacia la democracia, el Palacio de la Moncloa se convirtió en la sede oficial de la Presidencia del Gobierno de España. Desde entonces, ha sido el lugar principal desde el cual el presidente dirige y coordina las actividades del ejecutivo español. Está ubicado en Madrid, en el distrito de Moncloa-Aravaca, y es donde se llevan a cabo muchas de las funciones oficiales del gobierno español, incluyendo reuniones de gabinete, conferencias de prensa y encuentros con líderes internacionales. Además de ser un lugar de trabajo para asuntos oficiales, el Palacio es el hogar del presidente y su familia mientras ocupan el cargo.
Es común que cada presidente deje su propia impronta en la decoración del Palacio durante su mandato. Esto incluye cambios en el mobiliario, la disposición de las habitaciones, la selección de obras de arte y otros elementos decorativos. Cada uno de ellos tiene diferentes preferencias estéticas y utilizan la decoración para reflejar su estilo personal o las prioridades de su gobierno. Sin embargo, es importante considerar que algunas características del Palacio, como la arquitectura y ciertos elementos históricos, probablemente se mantengan consistentes en los diferentes mandatos presidenciales.
Pero, ¿cómo es el hogar del presidente del Gobierno? Se trata de una parcela, declarada Bien de Interés Cultural, de 158.000 metros cuadrados, con amplios jardines, piscina, un helipuerto y, también, otros 12 edificios (conectados entre sí por un sistema de túneles subterráneos) que componen un recinto de 20 hectáreas. Las dependencias privadas reservadas a la familia del presidente del Gobierno están situadas en la primera planta. Pedro Sánchez y su familia viven actualmente en una superficie de 200 metros cuadrados, divididos en ocho dormitorios, nueve baños y tres vestidores.
Ya sabíamos, porque Pedro Sánchez lo había contado en su libro Manual de la Resistencia, que una de las primeras decisiones que tomó al instalarse en la Moncloa fue cambiar el colchón de la cama de matrimonio, que utilizaban su antecesor y su esposa, Mariano Rajoy y Elvira Fernández-Balboa, y pintar la habitación. Al parecer, esto no fue todo y con la intención de redecorar la vivienda, añadió a la lista de la compra un sofá de tres plazas, un cabecero de cama y una cama infantil con cajones y colchón. También equipó el gimnasio con una nueva cinta de correr, que costaba alrededor de los dos mil euros.
Los jardines de la Moncloa
Los gustos decorativos de los presidentes
Su existencia se remonta al siglo XVII. Era una finca que fue creciendo con el paso de los siglos hasta que, en el XX, la eligió Adolfo Suárez como la residencia oficial del presidente del Gobierno. Fue el primer inquilino presidencial en el año 1977. Una de las primeras cosas que hizo fue instalar teléfonos por toda la Moncloa. Además, reparó la piscina y colocó una pista de tenis.
El segundo en entrar a vivir al palacio fue Felipe González, que cambió por completo la estética interior, la decoración. Pintó todas las estancias de blanco y mandó construir un búnker tras el golpe de Tejero. Dicen que este asunto es un secreto de Estado, pero se ha llegado a publicar que tiene capacidad para 200 personas, o que incluso alberga un hospital y un plató de televisión. Pero, si por algo recordamos el paso de Felipe por la Moncloa, fue por su afición a los bonsáis y porque plantó un pequeño jardín. Dicen que, con su toque personal, el hogar tenía un cierto aire ‘zen’.
Zapatero impuso un estilo moderno, entre los que destacan varios cuadros como el de la imagen
Lo de vivir en un palacio suena bien, pero es cierto que ha habido una queja repetida por prácticamente todos los presidentes que han pasado por allí. Y es que consideraban, y consideran, que es demasiado incómodo y nunca fue del gusto de ninguno de los dirigentes. De hecho, José María Aznar quería luchar para que los ejecutivos puedan vivir en sus casas «sin necesidad de estar en ninguna trinchera», dijo.
No lo consiguió, ni tampoco sus sucesores. Entonces Aznar lo intentó dejar a su gusto para estar lo más cómodo posible. Construyó una sala de juegos para sus hijos y cambio pista de tenis de Suárez por una de pádel, porque era su deporte preferido. También se deshizo del blanco de las paredes. «La Moncloa es inhabitable para una familia normal», dijo en una ocasión Ana Botella, esposa de Aznar.
Exterior del Palacio de la Moncloa
Pero, las reformas más radicales provinieron del presidente José Luis Rodríguez Zapatero y su esposa, Sonsoles Espinosa, quienes restauraron el palacio y lo llenaron de muebles y obras de arte de estilo moderno. Incluso llegaron a contratar a expertos decoradores. Mariano Rajoy, por su parte, no realizó muchos cambios durante su estancia. Solo se movieron de sitio algunos cuadros y muebles y se aligeró la sala de reuniones del Consejo de Ministros.
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