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New York (United States), 06/09/2024.- Former US president Donald J. Trump (L) with members of his legal team arrives to a press conference in the lobby of Trump Tower in New York, New York, USA, 06 September 2024. Trump discussed a hearing he attended earlier in the morning to appeal the recent 5 million USD jury verdict against Trump that found him liable of sexually abusing writer E. Jean Carroll. (Elecciones, Nueva York) EFE/EPA/JUSTIN LANE

Es habitual que el político utilice el vestíbulo de su rascacielos para dar ruedas de prensaEFE

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Las mil y una vidas de la torre Trump: así nació el Versalles neoyorquino que catapultó al político

Ha sido símbolo del éxito y la fama del magnate durante los últimos 40 años

El rascacielos se eleva sobre Central Park en Manhattan, en uno de los distritos comerciales más caros del mundo, la Quinta Avenida. El atractivo del edificio ha crecido y disminuido, pero el apellido del expresidente estadounidense en letras grandes sobre la fachada dorada es un recordatorio constante del papel central de la torre en la definición de Trump como marca en sí misma.

De hecho, fue el plató de su exitoso programa de televisión The Apprentice, que catapultó su fama a nuevas alturas, y el lugar donde, bajando por una escalera mecánica dorada, lanzó una exitosa candidatura para convertirse en presidente de Estados Unidos en 2016.

Su idilio con este edificio, en cambio, se remonta a décadas antes. Trump fijó por primera vez su mirada en el viejo edificio Bonwit Teller, de granito y piedra caliza, en la esquina de la Quinta Avenida y la calle 56, a mediados de los años 1970. Era una época de pandillas callejeras y crímenes violentos, cuando la ciudad de Nueva York era más conocida por el asesino en serie El hijo de Sam que por su glamour y estilo.

Pero Trump, hijo de un rico empresario inmobiliario del Bronx, estaba en ascenso. Vio el lugar, ubicado al lado de la mítica joyería Tiffany & Co en la llamada Millionaire’s Row, como una oportunidad para elevar su perfil a la estratosfera. «En el sector inmobiliario tenemos un término genérico para la mejor ubicación, donde sea, pero que esté Tiffany & Co cerca. Y la Torre Trump es literalmente eso», le diría más tarde a Architectural Digest.

En esa misma entrevista, reconoció que llamaba a los dueños de Bonwit Teller dos veces al día para intentar llegar a un acuerdo. La persistencia de Trump dio sus frutos en 1979, cuando se enteró de que necesitaban dinero en efectivo rápidamente y él tenía la solvencia suficiente como para ofrecérselo.

torre trump fachada

La impresionante fachada de la torre Trump

Su plan pasó a ser derribarlo y reconstruirlo de cero en base al estilo empresarial característico de la época. Pero antes llevó a la ciudad a los tribunales (y ganó) para obtener millones de dólares en exenciones fiscales. Destruyó dos esculturas Art Decó que habían sido parte de la fachada del edificio original para ahorrarse 500.000 dólares en lugar de donarlas al Museo Metropolitano de Arte como había prometido y compró los derechos aéreos, lo que significa que un edificio vecino nunca podría ser tan alto como el suyo ni bloquear sus vistas panorámicas.

A medida que el rascacielos de cristal se hacía más alto, también lo hacían las historias de Trump —y sus propias mentiras—. Cuando se terminó la Torre Trump en 1983, se jactó de que tenía 68 pisos. En realidad, solo tenía 58.

El interior de la Torre Trump

El interior de la Torre TrumpSebastian Bergmann

Sus continuas exageraciones se utilizaron para promocionar no solo la torre sino su marca como empresario y un año antes de que la inaugurase (el 14 de febrero de 1983) logró aparecer en la primera lista de los más ricos del mundo de la revista Forbes. Sin embargo, con el tiempo se supo que falseó las cifras todo lo posible y, en realidad, solo tenía cinco millones de dólares.

El periodista de la revista Jonathan Greenberg declaró que Trump incluso lo llamó haciéndose pasar por John Barron, «un ejecutivo de la Organización Trump» para vender su entrada en la lista. «Hablaba en tercera persona; creo que es la primera vez que lo hizo, aunque a día de hoy continúa».

Trump junto a Abe Shinzo, en su penthouse

Trump junto a Abe Shinzo, en su penthouseShealah Craighead

A su vez, el empresario difundió falsamente que Carlos III y Lady Di estaban pensando en adquirir uno de los apartamentos. Y aunque nunca llegó a conseguir que los entonces príncipes cruzaran sus puertas, consiguió dotar al rascacielos de un aura de exclusividad propia del Palacio de Buckingham. Cuando uno pasaba al vestíbulo, se encontraba con porteros ataviados con uniformes similares a los reales y un pianista vestido de esmoquin.

Al principio, el edificio despertó un gran entusiasmo: se dice que hasta 100.000 personas visitaban el atrio cada sábado durante las vacaciones. Fue vendido como el rascacielos más exclusivos con las mejores tiendas y apartamentos. Marcas de moda de alta gama como Buccellati y Charles Jourdan fueron sus inquilinos durante años. Steven Spielberg tenía un piso y Michael Jackson un dúplex con estudio de danza incluido.

Un joven Donald Trump, posando junto a la maqueta de la torre

Un joven Donald Trump, posando junto a la maqueta de la torre

Trump, como no podía ser de otro modo, se reservó la mejor vivienda para sí mismo: el ático de tres plantas y más de 1.000 metros cuadrados (aunque él dijo que superaba los 2.000). El 'palacio urbano' originalmente tenía paredes lacadas en chocolate y un techo de pan de oro. Los abundantes adornos de oro, mármol y cristal fueron determinantes para que lo apodaran el 'Versalles del cielo'. Sin embargo, pronto también se descubrió que no era oro todo lo que relucía, sino bronce –el principal material utilizado para su construcción y decoración.

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