El agitado historial amoroso de Cayetano Martínez de Irujo

Acaba de estrenar los 62 años —le cayeron el pasado viernes — y se encuentra inmerso en los preparativos de su segunda boda. La vida sentimental de Cayetano Martínez de Irujo encadena muchos capítulos oscuros derivados de su carácter excéntrico y su manera de enfocar las relaciones de pareja. Pero Bárbara Mirjan, de 29 años, ha sabido proporcionarle la paz y estabilidad que necesita. Le ha concedido su espacio, no le juzga ni le controla. Ella se lo ha puesto muy fácil y su década de noviazgo evidencia que han sabido entenderse.

El hijo favorito de Cayetana de Alba ha tardado muchos años en dar con la mujer adecuada. Los que le conocen subrayan su fama de donjuán conquistador al que le gusta gustar aunque su pareja esté delante. Un hombre muy exigente con sus parejas que no oculta su mal genio si algo no es de su agrado.

Las riñas y disputas han sido muy notorias en el historial amoroso de Cayetano Martínez de Irujo. Y si no que le pregunten a la exnadadora Melani Costa, que acabó escaldada tras cinco años de relación sin atreverse a desvelar lo que pasó. No fue cuestión de la diferencia de edad, ni de su carrera deportiva, ni la distancia, ni la existencia de tercera personas. Probablemente algo mucho más difícil de reconocer en público y encontrar las palabras con las que definir ese dolor.

Katia Cañedo, la primera mujer que le conquistó el corazón, y con la que mantuvo un noviazgo de siete años, también atravesó por un tormentoso final. Las discusiones con una palabra más alta que otra eran habituales. Y con Genoveva Casanova se lleva mejor desde que se divorciaron que cuando formaban un matrimonio, con dos hijos. El final fue un tormento y antes de que decidieran separarse en 2007, la mexicana incluso pasó unas navidades solas tras una pelea con él.

Deseamos que a partir del próximo 4 de octubre, cuando Cayetano Martínez de Irujo y Bárbara Mirjan se den el «sí, quiero», en la iglesia de los Gitanos de Sevilla, formen un sólido y feliz matrimonio. El banquete nupcial se servirá en Las Arroyuelas, el latifundio que heredó el duque de Arjona y que está cargado de simbolismo.

Respecto a los invitados, se evidenciará su desigual relación con sus hermanos. Eugenia Martínez de Irujo se ha reconciliado con él y ejercerá de madrina. Su hermano Fernando se ha mantenido siempre al margen y Cayetano lo describe como «bueno y sencillo». Con el duque de Alba también mantiene una relación cordial. Quienes no estarán son Alfonso Martínez o Jacobo Siruela, con los que no ha encajado nunca.