Desfile de Balenciaga con Demna Gvasalia
Kim Kardashian homenajeó a Elizabeth Taylor en la presentación de Balenciaga
Luz y transparencias en las colecciones para este otoño invierno próximo
La Alta Costura parisina, que viene que cerrar su semana, ha brillado de modo espectacular. Los desfiles nos han recordado que, más allá del mundo comercial, la inspiración sigue latente en las grandes casas de moda parisinas y entre sus marcas invitadas.
Balenciaga, que por fin deja de estar a cargo de Demna Gvasalia, un georgiano que ha llevado rudeza y brutalismo a una marca joya, se despedía con un desfile que ha llamado la atención por sus modelos. Desde una bellísima modelo con parkinson que giraba involuntariamente su cara cada nanosegundo a una modelo mayor que en realidad el transformista Alexis Stone, Gvasalia ha brillado, por fin, al rescatar atuendos antiguos de Balenciaga y looks de los años 50 extremadamente sexys y llamativos.
Alexis Stone, que pasó más de 6 horas para convertirse en una suerte de Dolly Parton para desfilar en Balenciaga, ya había antes representado a personalidades conocidas, desde Cher hasta Madonna. Elliot Joseph Rentz, el famoso drag queen londinense, llenó la pasarela con una extraña lentitud y un gigantesco abrigo, dando la impresión de irse a caer de un momento a otro.
La Gata sobre el tejado de Zinc
Lo mismo ocurrió a Kim Kardashian en su imitación de Elizabeth Taylor, para la cual llevó un vestido-combinación como la que popularizó la actriz en la película La Gata sobre el Tejado de Zinc. La Kardashian, además, llevó un aderezo como el que la propia actriz poseía y lució unos pendientes que realmente pertenecieron a Elizabeth Taylor.
Los pendientes, valorados en 350.000 euros, son propiedad actualmente de la diseñadora y coleccionista Lorraine Schwartz. Schwartz los compró en una subasta en 2011. La influencer, con melena corta y un abrigo de pelo muy llamativo caído sobre los hombros, fue la estrella del desfile.
Armani
Otras casas de moda triunfaron por su creatividad y brillantez. Armani Privé desfiló con una colección etérea, toda en negro, sin la presencia del épico Giorgio, que avisó que no acudiría personalmente. Iris van Herpen fue la gran estrella, con vestidos que luchaban contra la gravedad, con transparencias y volúmenes imposibles.
Georges Hobeika, Kevin Germanier, Chanel y Maison Margiela, destacaron por su tremenda delicadeza y creatividad, siempre con un toque raro al canto, eso que no falte. Stephane Rolland, con Nieves Álvarez para abrir y cerrar el show, como novia galáctica elegante, demostró que merece más de lo que se le otorga.