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French President Emmanuel Macron and his wife Brigitte Macron pictured before dinner ahead of the third United Nations Ocean Conference (UNOC3), in the French Riviera city of Nice, France, on June 8, 2025. Photo y Patrick Aventurier/ABACAPRESS.COM

El presidente Emmanuel Macron y su mujer Brigitte MacronGTRES

El infierno de Brigitte Macron, la profesora de Literatura que acabó en el Elíseo

Hija de chocolateros de Amiens, madre de tres hijos y abuela, la primera dama lleva en sus manos dos anillos que resumen su destino

El colegio La Providence fue su escenario de transformación. Allí, en un taller de teatro que ella misma dirigía, conoció a Emmanuel Macron, el alumno aplicado que pronto se convertiría en protagonista no solo de una obra escolar, sino de la obra de su vida. Él tenía apenas 16 años, ella 40 y tres hijos en casa. La historia parecía inconcebible, un guion inaceptable para la moral de provincias. Pero, ¿qué hace una mujer cuando la certeza íntima choca contra las expectativas del mundo? ¿Renuncia para conservar la imagen o se atreve a pagar el precio del escándalo?

Brigitte eligió lo segundo. Rompió con su matrimonio, resistió el juicio social, soportó el dolor de la distancia —incluso de su propia familia— y apostó por un amor improbable. Durante años, ella en Amiens y él en París, vivieron la espera de una historia que parecía destinada al fracaso. Y sin embargo, contra todo pronóstico, resistió. En 2007, tras más de una década de murmullos y resistencia, adoptó el apellido de su esposo: Brigitte Macron. Un gesto administrativo, sí, pero también un símbolo de metamorfosis. Detrás de esa nueva identidad pública, quienes la conocen aseguran que sigue latiendo la misma «Bibi» de siempre: culta, firme, exigente, marcada por la tragedia y por la convicción de que amar nunca es una concesión, sino una rebelión.

Porque antes de ser Macron, fue Trogneux. Brigitte Marie-Claude Trogneux nació en Amiens en 1953, en el seno de una familia que había hecho del cacao su emblema: la Maison Trogneux, fundada en 1872, endulzó generaciones con sus pralinés y macarons. Era la pequeña de seis hermanos, hija de Jean Trogneux, empresario chocolatero, y de Simone Pujol, heredera de una burguesía provincial que encarnaba la respetabilidad de la Francia del norte. En esos escaparates perfumados a chocolate creció. A los ocho años, un accidente de tráfico le arrebató a su hermana Maryvonne, a su cuñado y al bebé que esperaban. Brigitte pidió quedarse con el anillo de boda de su hermana. Ese círculo de oro nunca la abandonó: lo lleva todavía hoy, junto al anillo de su matrimonio con Emmanuel. Dos alianzas distintas, dos mundos unidos en sus manos: la pérdida que la marcó para siempre y el amor improbable que la definió.

Mandatory Credit: Photo by Anthony Harvey/Shutterstock (15392081ca)
Brigitte Macron arrives for Guildhall State Banquet
Guildhall State Banquet in Honour of French President Emmanuel Macron, London, UK - 09 Jul 2025 *** Local Caption *** .

La primera dama Brigitte MacronGTRES

Su primera vida fue la de esposa y madre. Se casó con André-Louis Auzière, un banquero discreto, y tuvo con él tres hijos: Sébastien, Laurence y Tiphaine. Todos la vieron luego atravesar una transformación radical. Ella, la profesora de literatura y teatro, exigente en el aula, elegante en la vida social de Amiens, se convirtió en el centro de un torbellino cuando su relación con Emmanuel se hizo evidente. La provincia habló, juzgó, murmuró. Sus propios padres y los de Emmanuel vivieron el escándalo como un terremoto íntimo. Y sin embargo, la pareja resistió. Diez años después de su boda, su nombre dejó de ser asunto íntimo para convertirse en figura de Estado. Brigitte entró al Elíseo como primera dama tras la victoria de Emmanuel en 2017. Y allí volvió a romper esquemas: lejos de ser un mero acompañamiento decorativo, se convirtió en consejera, brújula emocional y, para muchos analistas, en la presencia silenciosa que equilibra al presidente más joven de la historia francesa.

Pero con la visibilidad también llegó la crueldad. Las redes sociales no tardaron en convertir la diferencia de edad en burla constante, y lo que para ellos era simplemente amor, para muchos se transformó en un símbolo de escándalo. Más tarde llegó lo más absurdo: un rumor viral que negaba la identidad femenina de Brigitte. Ella, madre de tres hijos y abuela, se vio envuelta en una teoría conspirativa que aseguraba que había nacido hombre. El disparate llegó tan lejos que los Macron tuvieron que acudir a los tribunales en Estados Unidos y demandar a la influencer Candace Owens por difamación. Las polémicas no se quedaron ahí. En mayo de ese mismo año, una cámara captó a Brigitte dándole un manotazo a Emmanuel durante un vuelo rumbo a Vietnam. Ellos, sin embargo, respondieron con calma, mostrando la serenidad de quienes han sobrevivido a batallas mucho más duras.

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