El Rey de Marruecos
Los rumores sobre la frágil salud de Mohamed VI toman fuerza: esta es su verdadera situación
A los 62 años, Mohamed VI afronta un deterioro de salud que reduce sus apariciones públicas y alimenta las especulaciones sobre su sucesión
Su última reaparición fue la semana pasada en Casablanca, en la inauguración de proyectos ferroviarios. Tras semanas sin dejarse ver, la prensa marroquí difundió ampliamente las imágenes para reforzar la idea de estabilidad y desmentir rumores sobre un agravamiento de su estado. Sin embargo, la fragilidad del rey es evidente.
Los antecedentes médicos están documentados: en 2017 fue operado en París de un tumor ocular; un año después se sometió a una intervención cardíaca, y en 2020 volvió a pasar por quirófano. Desde entonces, se han multiplicado las especulaciones sobre posibles enfermedades crónicas, como sarcoidosis, problemas pulmonares o un trastorno autoinmune de la tiroides. La falta de transparencia oficial alimenta estas versiones, algunas muy alarmistas difundidas por medios argelinos que incluso hablaron de «muerte clínica», rumores desmentidos tajantemente por Rabat.
En público
El 4 de septiembre volvió a mostrarse en público en la mezquita Hassan de Rabat, donde presidió una vigilia religiosa por el Aid Al-Mawlid Annabaoui Acharif. En esas imágenes, compartidas en redes sociales, no se le apreciaba mal aspecto, lo que calmó temporalmente los rumores.
El diario francés Le Monde habla del «enigma Mohamed VI» para describir la incertidumbre en torno al rey. Señala que en Marruecos se respira un ambiente de fin de reinado, ya que su estado de salud genera dudas veintiséis años después de su entronización.
El monarca muestra una imagen contradictoria: a veces aparece débil, como en junio en Tetuán durante la oración del Aid el-Adha, cuando algunos medios comentaron que estaba muy delgado. Sin embargo, poco después se difundió un vídeo en el que se le veía en bañador pilotando una moto acuática en Cabo Negro, transmitiendo vitalidad. Estas escenas opuestas se han repetido en varias ocasiones. A finales de 2024, por ejemplo, Mohamed VI tuvo que ser operado tras sufrir una caída mientras practicaba deporte, un episodio que reavivó las dudas sobre su capacidad para seguir gobernando.
Hermanos y sucesión
La reducción de actividad del soberano ha dado protagonismo a sus hermanos. El Príncipe Moulay Rachid, de perfil bajo pero influyente, ha representado al Rey en distintos actos, y sus hermanas, Lalla Hasna y Lalla Meryem, también aparecen en ceremonias públicas. Sin embargo, ninguno de ellos está llamado a ocupar el trono. Toda la atención recae sobre el príncipe heredero Moulay Hassan. Con 22 años, el joven Príncipe ha ido asumiendo un papel cada vez más visible. Ha presidido recepciones oficiales, se formó en Rabat con una educación internacional y en 2025 fue nombrado coronel mayor. Su figura se presenta como la continuidad dinástica, el futuro Hassan III, preparado para asumir el mando cuando llegue el momento.
Mohammed VI con su hijo Moulay El Hassan y su hermano Moulay Rachid en 2024
El final de un ciclo
La cuestión de la sucesión no llega en un vacío político. En los últimos días, Marruecos ha vivido protestas en varias ciudades, protagonizadas por la llamada «generación Z». Jóvenes que denuncian la corrupción, la precariedad de la sanidad y la educación, y critican las inversiones millonarias en estadios de fútbol con vistas al Mundial.
Tras 26 años en el trono, Mohamed VI encara la recta final de un reinado que comenzó con la promesa de modernización y que hoy parece agotado. Su frágil salud, la proyección de su hijo y el creciente malestar social dibujan un Marruecos en transición. Todo apunta a que el relevo será inevitable, aunque no una ruptura.
