La cantante Isabel Pantoja
La asfixia económica de Isabel Pantoja a cuenta de una mala hipoteca
Sobre la famosa Finca Cantora pesa una hipoteca por valor de cuatro millones de euros
A sus 68 años, Isabel Pantoja atraviesa uno de los capítulos más delicados de su vida. La artista, que durante décadas levantó un imperio entre aplausos, contratos televisivos y giras internacionales, se enfrenta ahora al colapso económico de su patrimonio más emblemático: Cantora, la finca heredada de Paquirri y convertida, con el paso del tiempo, en el reflejo de su declive.
En los últimos días, el habitual silencio de la propiedad gaditana se ha visto alterado por el ir y venir de camiones y operarios embalando muebles. Situada en Medina Sidonia, en pleno corazón de Cádiz, esta extensión de más de 500 hectáreas fue durante años símbolo de éxito y refugio familiar. Allí creció Kiko Rivera, allí vivió la tonadillera su retiro tras la muerte de su marido, y allí ha pasado buena parte de su vida, rodeada de recuerdos, secretos y ahora también de preocupaciones. Hoy, el ambiente que la rodea es el de una cuenta atrás silenciosa.
Según el Registro de la Propiedad, la cantante conserva el 51 % de la titularidad, mientras que el 49 % restante pertenece a su hijo. Sobre los terrenos pesa una hipoteca de 4,03 millones de euros, exactamente el valor por el que fue tasada, según publicó El Mundo. Es decir, la finca está totalmente comprometida. A esa carga principal se suman dos embargos preventivos —uno de 75.000 euros en 2021 y otro de 175.000 en 2024—, además de una garantía con Hacienda que asciende a 1,1 millones.
Isabel Pantoja, durante un concierto
El origen del problema se remonta a 2002, cuando madre e hijo solicitaron un préstamo de 2,7 millones con el que pretendían obtener liquidez. Con el tiempo, los intereses acumulados y los aplazamientos fueron engordando la deuda hasta hacerla casi inasumible. En 2009, ya en plena crisis personal y económica, la artista pidió una prórroga al banco: un alivio momentáneo que no resolvió el fondo del asunto. Desde entonces, la finca ha permanecido bajo una constante presión financiera.
Años después, en 2015, tras una inspección de Hacienda, volvió a utilizarla como aval, lo que agravó aún más su situación patrimonial. Hoy, el Juzgado de Instrucción nº3 de Chiclana de la Frontera tramita un procedimiento de ejecución hipotecaria, paso previo a la subasta pública. En este tipo de procesos, el bien se pone a la venta para que los acreedores recuperen su dinero. En caso de llegar a esa fase, el importe obtenido serviría únicamente para cubrir la hipoteca, los embargos y los compromisos fiscales.
El verdadero drama está en la aritmética: el valor actual de tasación coincide casi al céntimo con la suma de las deudas, por lo que una eventual venta apenas cubriría lo pendiente. No habría beneficio alguno para sus propietarios. Si el martillo del juez acaba cayendo, la familia perdería no solo un activo económico, sino también el escenario donde se escribió gran parte de su historia.
República dominicana
Aunque en un principio pensó en instalarse en Madrid, todo apunta a que Isabel Pantoja prepara su traslado a República Dominicana, donde contaría con el apoyo de amigos locales y de su hermano Agustín, también asfixiado por los problemas económicos. La Agencia Tributaria le considera responsable solidario de parte de las deudas de la artista, lo que permite a Hacienda reclamarle directamente el pago si ella no puede afrontarlo.
Mientras tanto, la cantante negocia una vivienda en el país caribeño, aunque se enfrenta a dificultades financieras: la mayor parte de sus ingresos se destinan al pago de impuestos y sus cuentas continúan bloqueadas. Fuentes cercanas aseguran que vive con discreción, centrada en recuperar su actividad profesional. «Quiere volver a cantar, aunque sabe que todo lo que gane irá para Hacienda», comentan en su entorno.