El nuevo negocio de Lucas lejos de los escenarios... y de Andy

Después de más de dos décadas compartiendo escenarios, estudios y éxitos, Andy y Lucas han puesto punto final a una de las trayectorias más queridas del pop español. La noticia de su separación definitiva sorprendió a muchos, aunque para quienes seguían de cerca sus últimos pasos, era un desenlace que se veía venir. Las diferencias personales, el desgaste profesional y los roces acumulados durante años acabaron por romper una dupla que, desde principios de los 2000, había sabido conectar con el público a base de letras sinceras y melodías cercanas.

Su último concierto, celebrado el pasado 10 de octubre, marcó el cierre de una era. Lo que debía ser una noche emotiva y llena de nostalgia terminó siendo una despedida tensa. Apenas hubo complicidad entre ambos, y la prensa, que esperaba sus declaraciones finales, fue ignorada. La distancia emocional era evidente: dos amigos de la infancia que, pese a compartir historia y éxito, ya no compartían el mismo camino.

Lucas González ha optado por un cambio radical. Lejos de los focos y de las giras interminables, ha decidido reinventarse en un ámbito más estable, pero igualmente conectado a la música. Hace apenas unas semanas inauguró en Yuncos (Toledo) su propia escuela de música y danza, a la que ha bautizado con un nombre muy simbólico: Son de amores, en homenaje al tema que catapultó a Andy y Lucas a la fama hace más de veinte años.

El centro no solo ofrece clases de instrumentos y canto, sino que también se ha concebido como un espacio de desarrollo artístico integral. Allí se imparten disciplinas como baile moderno, danza clásica, flamenco, pilates y yoga. Lucas no figura como profesor, pero ejerce de director musical, supervisando la organización y el funcionamiento del lugar. En sus redes sociales ha mostrado con orgullo la decoración del centro: paredes cubiertas con fotos, letras de canciones y recuerdos de su carrera, un guiño a los fans que crecieron con su música.

La escuela está abierta a niños y adultos por igual, con un enfoque cercano y didáctico. «Aquí no solo se enseña música; se aprende a sentirla», escribió Lucas en una de sus publicaciones. Con esta iniciativa, busca transmitir lo que ha aprendido durante más de dos décadas en la industria, pero desde una perspectiva más tranquila y personal.

Andrés Morales, conocido como Andy, ha decidido continuar en el mundo de la música, pero esta vez por su cuenta y con el apoyo de su novia Clara que trabaja como maquilladora. Está preparando su primer proyecto en solitario, con un disco que promete mostrar una versión más personal y madura de sí mismo. Su nuevo trabajo, que llevará por título Solo, refleja precisamente ese momento de independencia y búsqueda interior.

Según adelantaron algunos programas de televisión, su primer sencillo se llamará Marioneta, un tema que, al parecer, aborda la sensación de haber perdido el control sobre la propia carrera. Andy, más activo en redes sociales que su antiguo compañero, ha dejado entrever que siente la necesidad de contar su verdad, aclarar malentendidos y reivindicar su papel en la historia del dúo. No obstante, también ha reconocido que, pese a todo, siempre tendrá cariño por lo vivido junto a Lucas, aunque hoy ambos sigan caminos opuestos.