Andrés Mountbatten-Windsor y el Rey Carlos III
La vida de Andrés Mountbatten-Windsor en el exilio: de su nueva casa a sus finanzas
El hermano de Carlos III se mudará a la finca de Sandringham en Norfolk, después de ser desalojado de su mansión en Windsor
El Príncipe Andrés ya solo es Andrés Mountbatten-Windsor. Un ciudadano británico más. A sus 65 años debe despedirse de los privilegios con los que fue colmado desde que nació. El hijo favorito de la Reina Isabell II y el héroe militar que sirvió como piloto en las Malvinas ha sido despojado de sus títulos y expulsado de su hogar en Windsor. A Carlos III no le ha quedado más remedio que actuar. O tomaba medidas o acabaría permitiendo que su hermano acabase con la reputación de la Familia Real británica.
Todo apunta a que el Rey ha querido hacer desaparecer del mapa a su problemático hermano antes de que salgan a la luz más revelaciones comprometidas. Para ese momento, ya estará despojado de todos sus títulos y viviendo lejos de la primera línea en una apacible soledad en alguna propiedad de la finca de Sandringham, en el condado de Norfolk (este de Inglaterra), con una «pensión privada apropiada» pagada por el Rey en lugar de la subvención soberana. Eso sí, se mantiene en el octavo puesto de la línea sucesoria.
«No creo que sea el final, creo que habrá muchas más revelaciones, pero al menos están tomando medidas decisivas. Y creo que eso es bueno. No estoy seguro de que satisfaga por completo la inquietud pública, pero al menos es algo», declaró Andrew Lownie, historiador y autor de Entitled: The Rise and Fall of the House of York.
Vista panorámica de Sandringham House
Su amistad con el pedófilo Jeffrey Epstein y las acusaciones de Virginia Giuffre de abuso sexual cuando era solo una menor dinamitaron la imagen del Príncipe Andrés. La joven alegó que Epstein la reclutó como «esclava sexual» al servicio del miembro de la realeza. Afirmó haber tenido relaciones sexuales con él «tres veces, incluyendo una orgía».
La Corona se ha visto sometida a una fuerte presión para desalojar a Andrés y su exmujer Sarah Ferguson de Royal Lodge, una mansión de 30 habitaciones en Windsor Great Park. Por fin vivirán separados tres décadas después de divorciarse en 1996, porque ya se ha comunicado que Ferguson hará sus planes por su cuenta y buscará dónde vivir. Las hijas de la pareja, las princesas Beatriz y Eugenia, conservarán sus títulos reales. Ambas hermanas tienen trabajos remunerados a tiempo completo, pero no reciben dinero de la subvención soberana, ya que no son miembros activos de la realeza.
Sandringham ha servido como residencia de recreo de cinco generaciones de reyes británicos durante más de 150 años y se utiliza a menudo para celebrar compromisos familiares, incluida la Navidad. Está abierta al público e incluye una granja orgánica, un aserradero, un museo, jardines y más de 100 propiedades residenciales. No está claro a cuál de estas se mudará Andrés, pero es probable que sea una vivienda más pequeña que la mansión de 30 habitaciones en la que ha vivido durante más de 20 años.
La Reina Isabel II y el Príncipe Andrés
En la finca más de 200 personas se ganan la vida, incluidos guardabosques, jardineros y agricultores, así como trabajadores del aserradero de Sandringham y su planta de prensado de zumo de manzana.