El patrimonio multimillonario de Los Javis tras su ruptura

Pocos dúos han marcado tanto la cultura popular reciente como Javier Calvo y Javier Ambrossi. Los Javis, como se les conoce desde hace más de una década, han construido un universo propio en el que el arte, la emoción y la ironía conviven con naturalidad.

Por eso su ruptura sentimental, confirmada esta semana tras trece años juntos, ha sorprendido al público, acostumbrado a verlos inseparables en alfombras rojas, festivales y estrenos. Pese a ello, ambos insisten en que su relación profesional no solo continúa, sino que vive su mejor momento. «Estamos trabajando mejor que nunca», han dicho sobre La bola negra, la película que preparan y que definen como el proyecto más bonito de su vida.

Aunque la noticia ha trascendido ahora, la separación se produjo hace meses. Según la revista ¡Hola!, asistieron al último Primavera Sound alojándose ya en habitaciones distintas. Desde entonces, han posado juntos en varios actos y su entorno asegura que la ruptura se ha producido en los mejores términos. Lo cierto es que su historia común, construida a base de esfuerzo y de una complicidad difícil de replicar, deja tras de sí no solo una relación sentimental, sino un patrimonio creativo y material que impresiona.

Uno de sus bienes más comentados es la espectacular casa que compartían en Pozuelo de Alarcón, una de las zonas más exclusivas de Madrid. La vivienda, valorada en torno a 1,5 millones de euros, fue presentada en un reportaje de Architectural Digest (AD) en octubre de 2023, donde ambos mostraron su hogar con entusiasmo. Diseñada durante tres años junto a los arquitectos Benjamin Iborra y Raúl Hinarejos, la casa se ha convertido en un ejemplo de arquitectura emocional: elegante, funcional y profundamente personal. «Queríamos un hogar que nos hiciera sentir que todo nuestro esfuerzo había valido la pena. Siempre hay gente, siempre hay fiestas, siempre alguna lectura de guion… Es también un espacio creativo», explicaban entonces.

La vivienda, de estilo contemporáneo, se levanta sobre muros de hormigón blanco y piedra natural Alhama Sand Home, de Porcelanosa, un material traído de Murcia que aporta textura y calidez. En el interior, las piezas de diseño son protagonistas: sillones Lounge Chair y otomanas de Charles y Ray Eames para Vitra, mesitas Explorer de Jaime Hayon y una cuidada decoración firmada por la empresa catalana Minim, especialista en interiorismo de vanguardia.

El chalet cuenta con tres plantas bien diferenciadas. En la baja, los espacios sociales se integran en un gran salón con chimenea, comedor y una amplia cocina con una peculiaridad muy AD: esconde una segunda cocina detrás de paneles de madera, un espacio de apoyo pensado para cocinar o servir sin alterar la estética principal.

Es un rincón funcional que refleja la importancia que ambos daban a recibir invitados sin renunciar al orden y a la belleza. En la planta superior, más íntima, se encuentran el dormitorio principal, el vestidor y una terraza abierta al jardín. El sótano está reservado para el ocio: allí se ubican una sala de cine, un pequeño gimnasio y una discoteca privada. «Queríamos una casa que se sintiera como un lugar de vacaciones, donde siempre fuera verano», resumía Ambrossi.

La casa no es solo una vivienda de diseño, sino el reflejo de un estilo de vida. En ella se mezclan el trabajo y la amistad, los guiones, las fiestas y las lecturas. Por eso, la noticia de la separación añade una nota melancólica a un espacio concebido para dos. Según las últimas informaciones, Ambrossi se trasladó hace unos meses a un piso en el centro de Madrid, mientras que Calvo continúa en la vivienda de Pozuelo.

La historia de ambos es, en realidad, la de una pareja que apostó por crear algo desde la nada. Se conocieron en un momento de incertidumbre: Javier Calvo acababa de dejar atrás el éxito de Física o Química y Javier Ambrossi servía copas en el bar Válgame Dios. De esa etapa nació La llamada, el musical que estrenaron en 2013 en el vestíbulo del Teatro Lara y que pronto se convirtió en un fenómeno teatral.

A continuación crearon Suma Content, bajo la que han nacido series como Veneno o Vestidas de azul y que gestiona activos valorados en unos 20 millones de euros. Agrupa otras sociedades como Superstar Producciones S.L. o Mi Querida Señorita Producciones S.L.. Paralelamente, crearon Holagay S.L., dedicada a la moda, desde la que lanzaron As If Clothing, una línea desenfadada y colorista que traduce el imaginario visual de su obra.

Aunque su patrimonio es difícil de calcular, ambos reconocieron en La Resistencia que cada uno tenía unos 300.000 euros en sus cuentas personales en 2019, una cifra que hoy se habría multiplicado.