Colin Firth, en el Diario de Bridget Jones
La historia del jersey navideño y cómo llevarlo sin ser un hortera
El origen de esta prenda se encuentra en los países escandinavos, pero en los años cincuenta se popularizó en Estados Unidos
La Navidad no sería la misma sin los árboles con sus figuritas, las luces, el tamborilero de Raphael, la zambombas de Jerez o los polvorones, una lista a la que se suma el jersey con motivos navideños que, como el turrón, todos los años vuelve por Navidad. O se ama o se odia. Para muchos, se ha convertido en una prenda divertida, en un guiño humorístico a las fiestas navideñas; para otros en una pieza ridícula, extravagante y de dudoso gusto estético.
El Día del jersey feo de Navidad, más conocidos como 'ugly christmas sweater', se celebra el 20 de diciembre, y claro, para conmemorarlo, se usa un jersey navideño llamativo y exagerado durante todo el día y se comparte la celebración con amigos y familiares. El origen de esta prenda se encuentra en los países escandinavos, pero en los años cincuenta se popularizó en Estados Unidos. Se denominaba 'jingle jell sweaters' (jerséis cascabeles o de navideño). Era una prenda con dibujos de copos de nieve, renos o grecas alpinas, no tan estrambótica como las de ahora.
Para muchos, el jersey con motivos navideños se ha convertido en una prenda divertida, en un guiño humorístico a las fiestas navideñas
Su popularidad como prenda extravagante y de broma se consolidó en los años 80 gracias al programa de televisión El show de Cosby. Su éxito llegó en 2001 con la película El diario de Bridget Jones, donde el personaje de Colin Firth lucía un modelo azul marino con un muñeco de nieve. Y en 2002 se transformó en tendencia global cuando se organizó la primera fiesta de «Ugly Christmas Sweater Party» en Vancouver, Canadá. De ahí, pasó a las pasarelas. Stella McCartney, Givenchy o Dolce&Gabbana apostaron por versiones a caballo entre la estética alpina 'après ski' de Saint Moritz (Suiza) y los jerséis navideños.
En tiendas
Desde hace una década acaparan escaparates y percheros en pequeñas y grandes superficies, se ha convertido en uniforme para el día de la copa navideña en la oficina, la cita del amigo invisible, la cena de antiguos alumnos y, por supuesto, el traje con el que sentarse a la mesa en Nochebuena.
La clave para acertar es el exceso: cuanto más extravagante, colorido y 'kitsch' sea, mucho mejor. «Ha dejado de ser una prenda motivo de vergüenza y se ha convertido en una prenda que se luce con orgullo», añade Javier Álvaro.
Jersey navideño
Decorados con grandes renos, papa noel, duendes, grecas alpinas, bastones de caramelo, cajas de regalo, galletas de jengibre, bolas de navideñas o muñecos y copos de nieve, esta prenda cada vez se ve más. «En mi casa se ha convertido en una tradición. Cada año tenemos que acudir a la cena de Nochebuena con jersey de Navidad y no vale repetir el del año anterior», explica Sergio Sarmentero, de 21 años, estudiante de periodismo.
Los más cotizados son lo que llevan luces incorporadas y frases graciosas e ingeniosas. «Cuánto más exagerados y ridículos mejor», dice Sarmentero, que apunta que este jersey también es una herramienta humorística para rebajar la tensión entre cuñados (si las hubiera).
«En mi trabajo hacemos un concurso que consiste en lucir el jersey navideño lo más feo que se pueda», dice la filóloga Daniela Losa, quien añade que la peculiaridad radica en que se puede tunear: «Por ejemplo, recuerdo que un año compré un modelo con un lemur con gorro de Navidad y le cosí cascabeles y luces LED, lo que le aportaba un toque hortera extra»