San José Cupertino
Picotazos de historia
El santo aeronáutico con más horas de vuelo
José de Cupertino es el santo con mayor cantidad de levitaciones documentadas, más de 70, todas con testigos acreditados
San José de Cupertino (1603-1663) fue un verdadero desastre, en otro artículo ya les contaré a ustedes como acabó siendo patrón de los (malos) estudiantes, pero tras ser aceptado –milagrosamente– por los franciscanos pareció entrar en vereda. En 1628 fue ordenado sacerdote y como no se sentía dotado ni con la oratoria ni con ninguna otra virtud que le ayudara en la predicación, decidió aumentar ayunos y penitencias. Y la fórmula funcionó, pero no de la manera que se esperaba, porque José de Cupertino empezó a caer en éxtasis místicos («mareos» los llamaba él) en los que salía volando. Es el santo con mayor cantidad de levitaciones documentadas, más de 70, todas con testigos acreditados, por lo que se pueden figurar las que debió tener en vida.
Tantas horas de vuelo afectaban a sus obligaciones por lo que sus superiores, comprensivos, le aliviaron de algunas de ellas. Especialmente la de su participación en el coro, ya que cada vez que escuchaba la palabra «Jesucristo», «alma» o «Dios», se disparaba el trance y se ponía como un cohete. Y así no hay manera de ensayar nada.
También despertaba gran cariño entre los animales de todo género y él se mostró siempre tierno con los más delicados. Así, un día, recogió en el campo a un corderillo que se había dañado una pata y se lo echó al hombro para llevarlo al convento. Los vecinos encontraron al santo levitando en el camino con el cordero, quien debía estar aterrado, balando lastimosamente.
Llamado ante sus superiores para confirmar que no era fraude los suyo, repitió sus «vuelos» delante del tribunal de la Inquisición, el Superior de los Franciscanos en Roma, el Papa urbano VIII y el príncipe protestante Juan Federico, duque de Brunswick-Luneburg, que se convirtió tras la experiencia.
San José Cupertino esta considerado el santo patrón de los aviadores, astronautas, de los pasajeros aéreos de todo tipo (los cosmonautas, con eso de que eran soviéticos y ateos no se si están incluidos), de los (malos) estudiantes y, en general, de todos los estudiantes en trance de exámenes.