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26 de abril de 2024

Inauguración de la cocina de campo de Alexis Soyer antes de la batalla de Sebastopol

Inauguración de la cocina de campo de Alexis Soyer antes de la batalla de Sebastopol

Picotazos de historia

Alexis Soyer, el primer cocinero moderno y filántropo

Durante la Guerra de Crimea se trasladó al campamento inglés con idea de instruir a un grupo de soldados para crear un cuerpo de cocineros capacitados

Alexis Soyer (1810-1858), hijo de un pequeño propietario arruinado que malvivía en París, fue destinado a la iglesia por su familia pero una broma, que no sentó nada bien, hizo que le echaran del seminario y, con 12 años, empezó a trabajar como aprendiz en las cocinas de un restaurante. Encontró en los pucheros su verdadera vocación y su carrera fue espectacular.
Con 20 años ya dirigía las cocinas del ministerio de Asuntos Exteriores de Francia bajo el príncipe de Polignac. La revolución de 1830, que expulsó a los Borbones de Francia, le hizo hacer las maletas y trasladarse a Londres. Al poco tiempo todas las grandes casas se lo rifaban, lo que le permitió hacer grandes contactos entre la clase dirigente. En 1836 pasó como chef de cocina en el Reform Club de Londres, exigiendo diseñar las cocinas a su gusto. Puso las cocinas en la planta sótano, hizo obligatoria una gran mesa de trabajo en el centro de la cocina, ideó un asador rotatorio movido por vapor, el horno con temperatura graduable, refrigeradores enfriados por medio de agua fría circulantes...
Casado con la artista Emma Jones, su dicha marital duró poco ya que esta falleció pocos años después al dar a luz a un niño que, también, murió durante el parto. Esta tragedia le afectó profundamente y decidió dedicar su arte y sus esfuerzos en beneficio general. Durante la hambruna de Irlanda, por la peste de la patata, se trasladó allí y organizó comedores económicos. Ideó y elaboró comidas nutritivas de bajo presupuesto, diseñó «el hornillo mágico», un hornillo de sobremesa que permitía cocinar en un espacio reducido. Escribió libros de recetas de cocina, que se vendieron como rosquillas, y destinó los beneficios a paliar el hambre.
El hornillo mágico de Soyer

El hornillo mágico de Soyer

Durante la Guerra de Crimea (1853-1856) se trasladó al campamento inglés con idea de ayudar a las tropas. Tener a semejante individuo allí era una bendición por lo que Lord Raglan, comandante en jefe del ejército Anglo Franco Turco, dio órdenes que se le abonara una paga equivalente a un general de brigada y que el señor Soyer respondía directamente ante él. Soyer pronto diseñó una estufa/cocina de campaña –la estufa Soyer– que estuvo en servicio en el ejército británico hasta la Guerra del Golfo, capaz para cocinar alimentos para cincuenta personas y con un ahorro de un 90 % en el gasto de combustible, pudiendo quemar cualquier cosa, hasta boñigas de camello. Instruyó a un grupo de soldados para crear un cuerpo de cocineros capacitados y que estos estuvieran al cargo de las cocinas de los regimientos, ideó ranchos nutritivos y fáciles de preparar, lo que supuso una mejora en la salud de la tropa; supervisó la preparación y reparto de las raciones...
En definitiva: Soyer hizo mucho más por la salud, alimentación y bienestar de las tropas y hospitales en Crimea que la idealizada figura de Florence Nightingale, pero era francés. De vuelta en Londres, murió mientras diseñaba una cocina de campaña para el ejército. Habiendo gastado enormes cantidades en obras sociales, sus acreedores liquidaron todas sus posesiones y destruyeron sus papeles.
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