Grabado: Hipócrates tratando a un paciente en Atenas
Picotazos de historia
Hipócrates y sus aforismos: nueve frases para humanizar el servicio sanitario
El gran mérito de la medicina hipocrática consistió en explicar la salud y la enfermedad circunscritas al marco del ser humano y de la naturaleza. Esto es: fuera magia y lo sobrenatural
Es en torno al año 700 a.C. cuando se crea la primera escuela de medicina que basaba sus diagnósticos en la observación junto al lecho del enfermo y no en medicina teúrgica, en la ciudad de Cnido (en Caria, Asía Menor). A finales del siglo VI a.C. ya existían seis escuelas de medicina que habían alcanzado el reconocimiento: Crotona, Cnido, Rodas, Agrigento, Cirene y Cos.
Precisamente de la escuela de Cos fue director Hipócrates (460 – 377) quien, posiblemente, sea el médico más famoso de la antigüedad. A él se le atribuye el juramento que lleva su nombre y el «Corpus Hipócrates». Este último es el único trabajo que nos ha llegado de la conocida escuela de Cos. El «Corpus» se compone de 72 obras: Pronósticos; Aforismos; Epidemias I y II; Sobre las heridas en la cabeza, etc.
El gran mérito de la medicina hipocrática consistió en explicar la salud y la enfermedad circunscritas al marco del ser humano y de la naturaleza. Esto es: fuera magia y lo sobrenatural.
Sus aforismos siguen teniendo validez y son prueba de que nuestros antecesores serían antiguos, pero de tontos no tenían un pelo. Aquí les traigo algunos para su disfrute y general aprovechamiento.
Aforismos en el «Corpus Hipócrates»
«Aún cuando consideran su enfermedad grave, muchos pacientes se curan solo en virtud de la satisfacción que les produce un médico que les comprende».
«No hay que molestar a un paciente durante una crisis ni justo después de ella; no debe experimentarse con purgantes ni con diuréticos».
«Los muy gruesos tienden a morir antes que los delgados».
«Si dos dolencias se presentan al mismo tiempo en dos lugares diferentes, la más fuerte oculta a la más débil».
«Si se considera necesario operar, hay que actuar al principio. Una vez que la enfermedad alcanza el punto culminante, es mejor que siga su curso».
«La vida es breve; la ciencia, extensa; la ocasión, fugaz; la experiencia, insegura; el juicio, difícil».
«Que la comida sea tu alimento y el alimento tu medicina».
«Los jóvenes de hoy no parecen tener respeto alguno por el pasado ni esperanza ninguna para el porvenir».
«Cura a veces, trata con frecuencia y consuela siempre».
Lo dicho; antiguo, pero no tonto.
