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08 de mayo de 2024

Francisco Franco dirige a sus tropas durante la Guerra del Rif

Francisco Franco dirige a sus tropas durante la Guerra del Rif

¿Quiso Abd el-Krim negociar con Franco para la independencia del Rif?

El libro Cuando Abd el Krim quiso negociar con Franco de Fernando P. de Cambra nunca fue considerado por los académicos, ni fue objeto de referencia en los artículos o libros de la historiografía sobre la guerra en el Rif

Fernando P. de Cambra fue un periodista de mediados del siglo XX de tendencia franquista que colaboró en varios medios de información y fue corresponsal en Oriente Medio. Hoy su nombre no dice nada y está casi olvidado del todo. En su momento fue autor de varios libros de reportajes y novelas históricas que tuvieron éxito: El crucero Baleares (1941), La rica hembra capitana (1944), Oro negro en el Sáhara (1961), El largo verano egipcio (1962) o La aventura del petróleo (1972) entre otros. En algún momento debió de colaborar con los servicios secretos del almirante Carrero y fruto de esa experiencia fue su libro Cuando Abd el Krim quiso negociar con Franco (1981).

Un libro que no se ha tomado en serio

Este último libro tuvo largas tiradas y aún se encuentra con facilidad en las librerías de lance. Es entretenido de leer y cuenta, entre muchos datos, las idas y venidas del autor entre 1954 y 1956 en torno al asunto, es decir su misión especial ante el líder rifeño para tratar de llegar a un acuerdo con Franco. Libro que no se ha tomado en serio. Algunos pensaron que se trataban de meras elucubraciones pintorescas, otros que se trataba de una novela con apariencia de realidad a lo que contribuyó que el editor Luis de Caralt lo publicara en su serie Novela. Así que nunca fue considerado por los académicos, ni fue objeto de referencia en los artículos o libros de la historiografía sobre la guerra en el Rif. María Rosa de Madariaga en su biografía canónica Abd el Krim el Jatabi la lucha por la independencia (2009), ni lo menciona. El autor, en el prólogo, asegura que relata acontecimientos auténticos en los que participó pero que no llegaron a cuajar por razones de alta política, sin señalarlas.
En este limbo fronterizo entre la ficción y la realidad, considerado más de lo primero que lo segundo, ha permanecido hasta que el catedrático Bernabé López García recuperó su recuerdo. El prestigio académico de este profesor, que además no tiene nada de franquista, nos hace volver sobre el libro de Cambra para considerarlo como cierto (al menos, en parte).

Da por buena la existencia de la entrevista entre el periodista y el caudillo rifeño, que entiende promovida por Nasser

El profesor López García publicó en la revista NAQD (2021/1 ) el artículo Abd el Krim et la libération du Maroc dans les années 50. En él daba cuenta del hallazgo, en la Fundación Francisco Franco, del informe dirigido a Muñoz Grandes realizado por Cambra sobre sus gestiones y de un escrito del propio Abd el Krim. Da por buena la existencia de la entrevista entre el periodista y el caudillo rifeño, que entiende promovida por Nasser. En ella se propone un plan contra Francia para la independencia del Rif, para el cual pretendía la ayuda española. Según Cambra, Franco se negó en redondo alegando que no quería saber nada de ese traidor.
De Cambra nos cuenta, con muchos adornos literarios su estancia en El Cairo, Marruecos y Paris y las entrevistas que mantuvo con personajes importantes. Señalaba que estaba solo como periodista, lo que es dudoso porque su actividad y duración de la misión no se corresponde con la de un enviado especial. Y, tras esas entrevistas con dirigentes egipcios y con el emir Abd el Krim, fue el portador de un plan que se propuso al gobierno español sobre el Rif y Marruecos y que de ninguna manera iba a perjudicar a España. Proyecto resumido en el documento hallado por López García. Y que merece ser detallado.

Según Cambra, Franco se negó en redondo alegando que no quería saber nada de ese traidor

En resumen, Cambra sostiene que le propusieron apoyar el plan de Abd el Krim para el Rif. Una aventura que decía contar con el apoyo egipcio y argelino –a punto de iniciar su revolución tendente a la independencia– y que debía contar con la anuencia de El Glaui, pachá de Marraquech, hombre imprescindible en Marruecos de esa época, enfrentado al sultán y muy escurridizo políticamente hablando. Pretendía, en definitiva, sublevar las tribus bereberes rifeñas para proclamar la República del Rif, un país independiente que contaría con el apoyo árabe de Argelia y Egipto. A cambio de que España dejara actuar en el territorio a los agitadores rifeños, se le garantizaría la posesión del Sahara y relaciones amistosas. Sobre el papel, presentaba un panorama atractivo: debilitamiento de Francia y Marruecos y aseguramiento de la posición española del Sahara. El Glaui se desentendió del asunto, demasiado comprometido como estaba con los franceses. Y el no de Franco a estas ideas las consideró Cambra como una más entre las múltiples ocasiones perdidas en las páginas de la historia de España.

El no de Franco a estas ideas las consideró Cambra como una más entre las múltiples ocasiones perdidas en las páginas de la historia de España

Pero en política internacional las cosas no son tan sencillas. La negativa de Franco no era solo por considerar a Abd el Krim como un traidor. La política internacional no se desarrolla con planes entusiastas sino en un complejo entramado de intereses de diversos países. En 1956 tuvo lugar la independencia de Marruecos, la crisis de Suez y ya estaba iniciada la guerra de Argelia. Francia no iba a consentir un Rif independiente. Cualquier actividad rifeña tendente a conseguirla iba a producir, si España no lo impedía, una invasión de tropas francesas en la región que la sofocara. Ni Francia ni el Reino Unido podían permitir una política española en el Magreb sin consensuar. Y a Abd el Krim el Khatabi se le veía como un nostálgico fracasado en su primer intento y que vivía en la ilusión de volver a intentarlo.
La misión de Cambra parece ser solo un sondeo de los servicios de inteligencia españoles. Al final, como estaba en el tratado de 1912 de instauración del Protectorado, España y Francia obraron en beneficio del Majzen, pacificando las zonas rebeldes de Marruecos y facilitando el gobierno del Rey.
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