Fundado en 1910

25 de abril de 2024

El equipo arqueológico durante las excavaciones en el Cerro Macareno en Sevilla

El equipo arqueológico durante las excavaciones en el Cerro Macareno en SevillaEuropa Press

Un «hito historiográfico»: hallan un núcleo de viviendas de origen tartésico en Sevilla

La Junta inicia los trámites para declarar el yacimiento Bien de Interés Cultural (BIC)

Ubicado en el municipio de La Rinconada (Sevilla), junto a la barriada de San José encontramos el yacimiento arqueológico del Cerro Macareno, un gran montículo artificial producto de la acumulación de restos arqueológicos de unas civilizaciones sobre otras.
Desde la Delegación Territorial de la Consejería de Turismo, Cultura y Deporte de Sevilla ha incoado los trámites correspondientes a la declaración del yacimiento arqueológico del Cerro Macareno como Bien de Interés Cultural (BIC) con la tipología de zona arqueológica, según una resolución emitida el pasado 27 de abril por dicho departamento, tras la autorización previa de la Comisión Provincial de Patrimonio Histórico.

Enclave de «enorme valor científico»

El Cerro Macareno fue un poblado con más de 600 años de existencia en el I milenio a.C., y estuvo habitado desde mediados del siglo VIII a. C. hasta principios del siglo I a. C. Sus primeros vestigios corresponden a la época del Bronce Final, por lo que tuvo que ser uno de los asentamientos urbanos del reino de Tartessos. Dicha resolución, recogida por Europa Press, detalla que el enclave arqueológico, abarca una secuencia estratigráfica «del siglo VIII» a los siglos II-I previos a la era actual, si bien las investigaciones arqueológicas han detectado «materiales de superficie y otros hallazgos que podrían indicar una duración del hábitat algo más prolongada en algunos de sus sectores, o al menos una frecuentación del sitio en época romana imperial».
Según las investigaciones científicas el inicio del poblamiento del enclave apuntan a la etapa tartésica, periodo en el que ya «pudo contar con la presencia de una doble población, la local y la fenicia, pues sus rasgos arqueológicos muestran ese doble componente cultural». Sin embargo, siempre ha sido una incógnita si Tartessos fue una ciudad, capital de un fabuloso reino perdido, o simplemente una singular cultura extendida por la región suroccidental de la península ibérica.
En cualquier caso se trata de «un enclave con un enorme valor científico y patrimonial, pues suministra una guía excelente para el conocimiento de toda la secuencia cultural protohistórica del Guadalquivir inferior, conservando «restos de construcciones interpretadas como viviendas» del periodo tartésico y también vestigios de casas y un «barrio alfarero» de la época turdetana, la fase que ofrece «mayor información arqueológica».

«Hito historiográfico»

En la dilatada historia del Cerro Macareno se pueden distinguir diversos períodos o época que se han podido conocer tras las investigaciones realizadas en los dos promontorios que conforman el yacimiento. El montículo oriental «ha aportado una información completa sobre el marco cronológico del asentamiento antiguo, pues la secuencia estratigráfica documentada en esta zona muestra una ocupación del lugar durante toda la Edad del Hierro», han indicado Francisco José García Fernández y Pedro A. Albuquerque, miembros del departamento de Prehistoria y Arqueología de la Universidad de Sevilla; y Livia Guillén Rodríguez, del Grupo de Investigación PAI-HUM 152 de la Hispalense, que gira en torno a la temática De la Turdetania a la Bética, en un estudio publicado en 2020 con el título Cerro Macareno: Nuevas investigaciones en un yacimiento paradigmático del Guadalquivir protohistórico.
En cuanto al promontorio occidental, las investigaciones arqueológicas han detectado básicamente niveles de la segunda Edad del Hierro. Además también se han encontrado «evidencias de ocupaciones posteriores, de época romana y medieval, aunque en ningún caso de entidad», concluyen los investigadores en dicho estudio.
Los autores de a investigación mencionada destacan «el alto potencial científico» de este yacimiento, así como «la buena conservación» de sus fases constructivas, «especialmente las de la II Edad del Hierro»; y sus posibilidades de puesta en valor «para su disfrute por la población».
A pesar de que el enclave del Cerro Macareno no es lo suficientemente conocido por la ciudadanía en su conjunto, constituye «uno de los yacimientos protohistóricos más importantes de Andalucía Occidental y uno de los más conocidos en la investigación a nivel nacional e internacional, como caso paradigmático de la introducción de las formas de vida urbana en el sur de la Península durante la Edad del Hierro», expresan los expertos.
En ese sentido, la nueva resolución autonómica destinada a catalogar el enclave como BIC, con la categoría de zona arqueológica, precisa que «su arquitectura, en gran parte elaborada con tierra en forma de tapial y/o de adobes, permitirá profundizar en la conservación de estos materiales, que son también los empleados para los revestimientos de los edificios y para los suelos»; destacando que este lugar ofrece un yacimiento «sin un hábitat actual superpuesto a diferencia de otros sitios de la comarca, lo que permitirá estudiar en profundidad la arquitectura protohistórica».
Para los arqueólogos, el enclave de Cerro Macareno «puede considerarse, junto con el Carambolo y Carmona, uno de los mayores hitos historiográficos de la Protohistoria del suroeste de la Península Ibérica».
De este modo, la declaración de BIC como zona arqueológica, instada por el Ayuntamiento de La Rinconada en 2017 y que ha afrontado diferentes vicisitudes, abarca 9,7 hectáreas donde se localizan los vestigios de este asentamiento humano de época protohistórica, «así como el espacio ocupado por el yacimiento antes de su desmonte por la explotación de áridos»; delimitando además a su alrededor un «entorno» de 76,5 hectáreas para «promover la contemplación, apreciación y estudio del yacimiento arqueológico y evitar alteraciones que afecten a sus valores».
Comentarios
tracking